Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso estofado de osobuco con papita amarilla, arrocito blanco graneadito y su rocotito molido. Para calmar la sed, se pidió una jarra de agua de cocona. “María, hace poco leía en la página de de Trome un tema que me pareció excelente: la felicidad de la pareja en el matrimonio. No olvidemos que cada vez aumentan más los divorcios, especialmente entre las parejas jóvenes, porque el hombre y la mujer cometen una serie de errores. Hoy se da una guía para la crianza de los hijos, para lograr que sean personas de bien. Trome es el diario de la familia porque sabe que ella es el núcleo básico de la sociedad. La crisis de valores, la delincuencia, el aumento de la corrupción, el desorden, la informalidad y la ignorancia son males que asfixian a nuestro país y que se dan por la evidente descomposición de la familia. Muchos criminales fueron niños criados en hogares rotos. Al colegio vamos al menos once años y a la universidad otros cinco. Todo para tener una carrera. Pero para ser buenos padres y esposos, que es más importante, no estudiamos ni un solo día.

En una oportunidad, escuché a la conferencista Milagros Aguayo revelar los principales motivos por los que los esposos piensan cada vez más en el divorcio. ‘El problema surge porque desconocen las tres cosas básicas que toda mujer y hombre necesitan en una relación. Ellas quieren sentirse amadas, protegidas y valoradas. En tanto, ellos necesitan sentirse honrados (tratados con dignidad), respetados y admirados. Solo cuando se cumplan estos requerimientos podrán florecer como pareja’, decía la experta. Muchas mujeres están convencidas de que sus parejas no las aman. ‘No le importo’, ‘puede vivir sin mí’, dicen, lo que se traduce en amargura y resentimiento y creen que estarían mejor solas. Pero la verdad es que la mayoría de veces están equivocadas, pues los hombres -dice Milagros- nunca van a actuar como las mujeres, no porque no quieran, sino porque su naturaleza masculina no les permite pensar ni mirar el mundo de la misma manera que las mujeres. Precisamente, las esposas deben tener presente esto. Solo así podremos tener hijos sanos y correctos, respetuosos y con la autoestima elevada. La verdad es que las parejas ya no se hacen muchos problemas para romper su unión ante cualquier contratiempo o crisis. Si antes los matrimonios duraban 20 o 30 años, hoy muchos se acaban apenas a los dos. Esta situación afecta de forma directa al núcleo familiar, pues la inmensa mayoría de estas separaciones se da cuando ya hay hijos. Son estos quienes sufren las peores consecuencias, pues crecen en hogares rotos. Cuando los padres están juntos y están más involucrados en el cuidado de los retoños, estos corren menos riesgos de sufrir graves problemas, como caer en la delincuencia, el consumo de drogas, la depresión, los problemas psicológicos, la violencia y el abandono de la escuela”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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