El fotógrafo Gary llegó al restaurante por una sopita a la minuta y un estofado de res con papita amarilla y rocoto molido. “María, soy de las personas a las que les gusta caminar. Mientras lo hago, me agrada observar todo, como buen reportero. En mis recorridos noto que cada vez más gente anda pegada a sus celulares. A veces hasta cruzan la pista o manejan revisando sus correos. Por eso hay tantos accidentes de tránsito, porque incluso muchos irresponsables no solo hablan cuando manejan, sino que hasta ‘wasapean’. Creo que el desarrollo tecnológico bien aprovechado, en este caso, nos permite estar conectados con el mundo y comunicarnos en tiempo real. Pero el ciberespacio está inundado de peligros, como ayer lo reveló Trome. Hay enfermos que se hacen pasar por productores de programas de televisión para captar menores de edad a través de Facebook y estas pequeñas, en su inocencia, acceden a conocerlos. La Justicia debe aplicar un duro castigo a Víctor Tineo Laura, un llantero que abusó de varias menores en Lurín. También están los ‘piratas’ de Internet que roban claves de cuentas bancarias, información secreta y hasta fotos o videos íntimos. Pero las peores lacras son los pedófilos y explotadores sexuales que captan a niñas y niños. Muchos chiquillos y chicas creen haber encontrado en esos sujetos al ‘amigo’ ideal, al padre ausente y hasta el amor, sin conocer personalmente a la persona que está al otro lado.
Muchos acaban ultrajados sexualmente, secuestrados y, en algunos casos, hasta muertos. Y ni qué decir de los que ponen en las redes dónde están, qué propiedades tienen y qué lujos se dan. Sin querer pasan a ser potenciales víctimas de extorsionadores, secuestradores y otros delincuentes. Las redes también se han convertido en la herramienta perfecta para la infidelidad, el sexo virtual y otras tentaciones. Por ejemplo, tenemos el WhatsApp, que es usado por muchos para echarse una ‘canita al aire’, mientras sus parejas oficiales arden de celos y expresan ese sentimiento de angustia y desesperación a través de sus mensajes. Hace poco, un informe de Trome dio cuenta que, a través de las frases que se escriben por el celular, se puede detectar a los celosos. Si la pareja o amigo (a) pone: ‘¿Qué haces conectada a estas horas?’, ‘Lo has leído y no me contestas’ o ‘Haces más caso a tus amistades que a mí’, está mostrando una conducta violenta y posesiva. Para los especialistas, ‘son palabras que denotan una necesidad de controlar a alguien’. Debemos recordar que somos libres de contestar o no el mensaje que nos mandan, pero tenemos que poner límites. Una relación sana, ya sea amorosa o de amistad, se basa en la confianza y la libertad. Por eso hay que tener mucho cuidado con el terreno pantanoso de la red”. Pucha, mi amigo tiene razón. Me voy, cuídense.