Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pescadito frito con lentejitas, sarsa criolla y ajicito. Para tomar pidió una jarrita de carambola. “María, el clima está muy raro, en el día hace un poco de calor y en las tardes y noches se siente el frío, y en algunas oportunidades hasta ha llovido. Esto ha provocado el aumento de la gripe en el país. Especialmente los niños son afectados con síntomas como dolor de cabeza, estómago flojo y secreción nasal. Aunque no es mortal, como sí lo fue en su oportunidad el coronavirus, no hay que descuidarnos y ante las primeras señales debemos llevarlos al médico y seguir las indicaciones. Nada de automedicarse o pedirle medicinas al farmacéutico, que no ha estudiado medicina. Además, si se está enfermando, lo mejor sería que no vaya al colegio para que no contagie a sus compañeritos. Si se van de paseo, los niños deben salir con un abrigo para que se lo pongan cuando empiece el frío. Procurar no darle bebidas heladas y que se bañe temprano y no en la noche, de modo que no se vaya a dormir con el pelo mojado.
Los infantes son los más vulnerables a los males nuevos y tradicionales. Es que con el aumento de la población, el daño al medio ambiente y los alimentos procesados, que tienen muchos químicos, están surgiendo nuevas enfermedades a las que nuestro organismo tiene que adaptarse. Hay que seguir con la sana costumbre, que se instaló con el coronavirus, de lavarse las manos continuamente, especialmente si llegamos de la calle. No debemos dejar de usar el alcohol y cambiarnos de zapatos cuando llegamos a la casa, como hacen los japoneses, pues las calles están sucias y podríamos llevar gérmenes a nuestro hogar. Lo mismo con los alimentos, que debemos lavar bien antes de ingerirlos, en especial las frutas y verduras. Si no lo hacemos, podríamos enfermar con la salmonelosis, el helicobacter pylori y otros.
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