¿Alguna vez fuiste víctima de una estafa telefónica?
¿Alguna vez fuiste víctima de una estafa telefónica?

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con pollo y sarsa criolla. Para la sed pidió una jarrita de emoliente. “María, las estafas telefónicas siguen en aumento. Hay numerosas modalidades y todas buscan vaciarle las cuentas bancarias a las víctimas. Por eso, siempre hay que desconfiar de las llamadas de extraños y no dar información a nadie. Algunas modalidades comunes de este tipo de estafas:

  • Vishing. Se hacen pasar por instituciones como bancos o empresas de servicios para pedir información.
  • Smishing. A través de mensajes de texto envían links para ser direccionado a páginas web falsas de bancos y otras instituciones, y obtener así información confidencial.
  • Soporte técnico. Fingen ser empleados de empresas de tecnología y señalan que hay problemas en el dispositivo de la víctima, a la que convencen de descargar un software malicioso o les dé acceso remoto al dispositivo para robar información.
  • Pedido de ayuda. Es antigua pero efectiva. Se hacen pasar por un familiar o conocido en apuros para que transfiera dinero.
  • Wangiri: Llaman y timbran dos veces como máximo para que les devuelvan la llamada. Mientras más tiempo se mantenga en línea, más ganan los delincuentes.
  • Premios falsos. Aseguran que ha ganado un premio y, para cobrar, solicitan información confidencial o un pago adelantado.

CONSEJOS

  • Mantenga la calma. Los estafadores son convincentes y saben generar miedo (ejemplo: ‘si no deposita hoy 2 mil soles perderá un devengado de 20 mil soles’). No ceda y cuelgue. Verifique la información por sus propios medios.
  • Jamás revele números de tarjetas de crédito, contraseñas, número del DNI u otro documento. Si llaman pidiendo esa información, cuelgue.
  • No confirme datos personales que la persona que llama ya tenga. Puede ser nombre, dirección.
  • Nunca acepte hacer pagos o descargar software sin verificar la autenticidad de la solicitud”.

Qué buenos consejos. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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