Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una sopita wantán y un tallarín saltado de pollo. Para tomar pidió una limonada fría. “María, la tecnología nos resuelve innumerables problemas de la vida diaria y gracias a ella tenemos más tiempo para nosotros, no necesitamos salir a la calle a trabajar o hacer trámites y hasta nos podemos comunicar, viendonos las caras, con familiares o amigos al otro lado del mundo. Pero con ella llegan también los peligros.
Esto le pasó hace unos días a la modelo Milett Figueroa, quien denunció que hampones intentaron estafar a su madre usando la inteligencia artificial. Con un aplicativo imitaron la voz de su hermana y llamaron a su madre diciendo que estaba secuestrada y pedía que depositaran un dinero como rescate. “A mi mamá casi le da un infarto”, indicó Millet.
El otro día, usaron esta misma herramienta para mostrar al papa Francisco luciendo ropa de diseñador en la Catedral de San Pedro, en El Vaticano. Las imágenes parecían tan reales que prontamente millones en el mundo pensaron que el pontífice se había convertido en un metrosexual. Sus secretarios tuvieron que apresurarse en explicar que todo era mentira.
La inteligencia artificial también ha mandado a la calle a miles de empleadas telefónicas que se encargaban de atender al público en caso de reclamos. Ahora cuando uno llama le contesta un robot. Pero ahora los delincuentes estan estafando de esa manera, haciéndose pasar por familiares en apuros y los datos los sacan de las redes sociales.
Allí saben quiénes son los padres, dónde viven, a dónde han viajado, qué les gusta comer y hasta dónde han estudiado. Por eso hay que estar alertas y leer mucho sobre dichos temas para no caer timados por estos delincuentes, muchos de los cuales saben de tecnología y tienen equipos sofisticados para sus fechorías. Por eso, sigue estos consejos:
- Establece claves con los miembros de tu familia que solo ellos sepan. Cuando alguien te llame pide la clave secreta.
- Verifica la identidad de la persona que te llama. Haz preguntas, pide fechas, amistades, lo último que hizo en la casa.
- No compartas información personal o financiera con nadie. Ni siquiera con amigos del trabajo o del barrio. La mayoría de los datos para robos o estafas salen de adentro.
- Aprende a reconocer los intentos de fraude. La de llamada de un familiar pidiendo ayuda porque ha sido secuestrado es vieja. También está la del detenido en la comisaría o la del familiar que mandó una maleta y necesita que salga de aduanas”. Asu, buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.