Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un escabeche de pollo con su arrocito blanco y camotito sancochado. Para tomar pidió una jarrita de limonada con hierba luisa. “María, hay criminales irrecuperables que debieran estar encerrados de por vida en alguna cárcel de la puna.
Ese es el caso de Erick Moreno Hernández, alias ‘Monstruo’, ‘Chino feo’ o ‘Chonguito’, autor intelectual del secuestro de la hija de un empresario frigorífico en Comas, Lucero Trujillo Vargas. La joven se salvó al huir de su encierro en Carabayllo, donde era custodiada por una venezolana.
Según el general PNP Óscar Arriola, jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dirnic), Moreno Hernández ‘asesinó a un miembro de (la Unidad Especializada) de Secuestros en el año 2020′ y actualmente se ha injertado con delincuentes irrecuperables de nacionalidad venezolana. El criminal ha entrado y salido de prisión, donde sigue delinquiendo porque esa es su forma de vida. Nada de resocializarse o abandonar el delito. Así seguirá de por vida, lo que lo convierte en un ser peligroso para todos.
‘Monstruo’ registra antecedentes por hurto y robo agravado, extorsión y secuestro agravado. Parte de su banda fue sentenciada a penas de hasta 35 años de cárcel por el plagio de un empresario en Comas. En lugar de irse de viaje a Europa, África o Asia con plata de todos los peruanos, los congresistas deberían trabajar por cambiar el Código Penal y aplicar la cadena perpetua a este tipo de hampones irrecuperables e insensibles.
Todos los asesinos, los sicarios, secuestradores y violadores deberían morir encerrados. Ni siquiera deberían recibir visitas ni salir al patio. ¿Qué hacen las autoridades gastando plata en ubicarlo, detenerlo, enjuiciarlo y condenarlo, si al cabo de unos años volverá a salir y delinquir? Encerrándolo de por vida e incomunicarlo no podrá hacer nada malo. No les hagan caso a las ONG de derechos humanos.
Esas organizaciones solo defienden a los hampones y terroristas. Nunca se les ve velando por la gente honesta que es atacada por el hampa. Mano dura con la delincuencia que nos altera la vida, que mata a nuestros hijos, padres y amigos. Que extorsiona a las bodeguitas de emprendedores, a los albañiles, a los humildes mototaxistas que trabajan doce horas para llevar un plato de comida a sus hijos, a los peluqueros.
Mano dura para los maleantes que asesinan escolares por un celular o abusan de una niña indefensa. ¿Qué es eso de respetar sus derechos humanos si ellos no respetan los nuestros? Muchos caviares odian al presidente Bukele de El Salvador porque ha puesto orden en su país, pero no dicen nada que las ‘Maras’ mantenían en terror a toda la población y ahora ya se puede caminar tranquilo por las calles. Estamos en guerra contra el hampa, derrotémoslo con todas las armas, sin contemplaciones”. Me voy, cuídense.