Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un delicioso pollito al sillao con tiras de pimiento, acompañado de arroz blanco y papitas sancochadas. Para tomar, un emoliente friecito. “María, leía en Trome que Perú ocupa el puesto 68 en el ránking de ‘los países más felices del mundo’.
Es un puesto que nos debe poner a pensar en lo que estamos haciendo mal. Somos un país rico en minerales, fauna, flora. Nuestro mar es tan abundante en peces que no debería haber niños con hambre o desnutridos. Poseemos monumentos arquitectónicos increíbles en calidad y número. Provenimos de los incas, una de las más grandes culturas de América. Tenemos tanto para ser felices, pero estamos rezagados.
Creo que todo pasa por lo que somos. En el Perú, lamentablemente, son pan de cada día el caos, el desorden, la informalidad, la violencia, el abuso, las injusticias. También los hospitales mal equipados, los colegios que se caen a pedazos. Y en medio de todo eso, el tipo que se cree el más vivo de todos. Ese que cuando ve una luz roja en el semáforo siente que si la respeta y se detiene es un pobre tonto, pero que si la pasa, aún exponiendo su vida y la de los demás, habrá demostrado que él es más que los pobres ‘idiotas’ que sí frenan.
Es triste, pero como ese sujeto hay miles y miles que están detrás de un volante, en un ministerio, en una municipalidad, en un hospital o en cualquier otra institución a la que tratarán de sacarle la vuelta de alguna manera. Porque, como ya se dijo, si respetan las normas serán unos lentos, unos idiotas. Como esa es la manera en que piensa gran número de peruanos, entonces no sorprenden los ministros que roban, que hacen negociados bajo la mesa.
Tampoco deben llamar la atención los congresistas delincuentes ‘mochasueldos’. Te recordaba todo esto, María, que es algo que todos sabemos, para remarcar la importancia de educar a nuestros hijos con valores. Si queremos ser un país desarrollado, debemos comenzar por hacer que el sinvergüenza que le saca la vuelta a las leyes no se sienta orgulloso, sino todo lo contrario, que se avergüence y sea repudiado por los demás. Algunos consejos para criar a los hijos:
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