
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudado de ojo de uva con yuquita sancochada y una porción de arroz. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, la Policía por fin capturó hace unos días al peligroso hampón venezolano Jhorman Barrios Martínez (25), ‘Jhorman’, cabecilla de la organización criminal ‘Los DESA II’, o ‘Antitrén’, que extorsionaba a transportistas de Lima Norte.
Este criminal es responsable de atentados con bombas y homicidios de choferes y cobradores que se oponían a sus extorsiones. El sujeto y su pareja, Wensy Márquez Aguilar, ‘La reina del filtro’, hacían ostentación de costosas joyas, relojes, motos y ropa cara con dinero malhabido. El bastión de esta banda está en el llamado Cerro Candela, San Martín de Porres, un territorio práticamente tomado por la mafia venezolana.
El ‘Antitren’, llamado así por enfrentarse al ‘Tren de Aragua’, exige pagos de entre 15 y 50 soles a los choferes de combis, mototaxis y buses, y cuotas de inscripción de 15 mil soles. No creen en nadie y matan a quien no pague. Escuchas legales obtenidas por la Policía permiten oír al maleante cuando amenaza poner bombas o asesinar a sus víctimas si no pagan.
“Pero amigo, no hemos salido a trabajar, danos un día para pagarte, nosotros también tenemos problemas”, le suplican los transportistas. ‘Jhorman’, un psicópata peligroso, responde: ‘¡Quiero mi plata, mis 5 mil por propietario, ese paradero no va a trabajar, lo vamos a empezar a bombardear, esta vez le vamos a poner granadas en su casa, somos terroristas, no vamos a pensar ni en los niños’. Escalofriante.
¿Qué esperan el Congreso, la presidencia, todos, para modificar las leyes y encerrar a estos malditos de por vida y sin visitas en una prisión aislada? Modifiquen las leyes, boten del Poder Judicial y la Fiscalía a los magistrados corruptos y pusilánimes. Pongamos a gente que defienda al pueblo”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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