Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una parihuela de pescado y mariscos, acompañada con arrocito blanco y, para tomar, un emoliente calientito. “María, el Congreso celebró su 203 aniversario con una sesión solemne y al ver esa ceremonia me dio pena. Por la cantidad de impresentables que ocupan una curul. Están los sinvergüenzas llamados ‘mochasueldos’. También los ‘niños’, además de los acusados de violación y hasta de asesinato.
Como si fuera poco, el nivel intelectual de muchos ‘padres de la Patria’ de hoy es para llorar. Gente completamente ignorante, con pensamientos radicales y llenos de odio. Ineptos que la plata que ganan en el Parlamento jamás la llegarían a obtener en el sector privado. Se han dedicado a aprobar leyes nefastas en favor de criminales y de la sanguinaria minería ilegal.
Así es imposible que la población no los deteste. Por eso la aprobación del Congreso está por los suelos. Gran parte de la culpa de esta terrible situación es de los partidos políticos, que nos presentan candidatos lamentables. Estos partidos irresponsables no han cumplido su misión patriótica de seleccionar a los mejores, pues prefieren a los que tienen ‘anticuchos’ para asegurarse de que defiendan sus intereses.
Si alguno se negara, lo amenazan con hacer públicos sus líos judiciales. Pero los electores también tenemos gran parte de culpa, pues ni exigimos buenos candidatos ni nos preocupamos por apoyar a los mejores. Muchos votan por cualquiera con tal de que sea de su ideología.
No importa si es un ladrón, un ignorante o un fanático. Lo peor es que el próximo Congreso podría llegar a ser peor que este, aunque parezca increíble. Qué nostalgia recordar a figuras ilustres como Luis Alberto Sánchez, Ramiro Prialé, Ernesto Alayza Grundy, Enrique Bernales Ballesteros, Javier Alva Orlandini, Manuel Ulloa Elías, Javier Valle Riestra o Mario Polar Ugarteche. En este caso, sí es verdad que ‘todo tiempo pasado fue mejor’”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
