Pancholón se alista para recibir el 2026 (Foto: Pixabay)
Pancholón se alista para recibir el 2026 (Foto: Pixabay)

El Chato Matta llegó al restaurante por un espectacular chanchito a la caja china con papitas doradas, ensalada fresca y ajicito molido. Para calmar la sed pidió una limonada heladita. “María, me mandó un audio de ‘wasap’ el gran Pancholón, amo y señor de la noche, la cochinadita y el dame que te doy.

‘Chatito, baja urgente para el último saunita del año con hierba fresca. La vida es una sola, papá, somos los que somos, solo cuídate de los envidiosos y malaleche que viven deseando el mal a los demás’. Cuando llegué, lo vi abollado, pero contento, pues había jugado su último partido del año con los bravos de la Asociación de Abogados de Callao.

‘Causita, los años no pasan en vano, las noches interminables de ron me están pasando la factura. Ya no soy el de antes. Ahora mi cuerpo pide cama a las 10 de la noche. La vez pasada me escapé a un salsódromo caleta con la ‘Señora de las cuatro decadas’ y mis amigos de N’Samble, Charles y Sandro, apenas me dedicaron ‘Me vas a extrañar’: ‘Saludos para el viejo zorro Pancholóooooon’, gritaron.‘Los besos de mi boca no fueron suficientes/ para que te quedaras conmigo para siempre/ no me alcanzó el cariño para ver que contenta/ te amaba como un loco y no te diste cuenta/ Me resultaron falsas toditas tus palabras/ tus manos me mentían cuando me acariciaban/ de qué sirvió rogarte para que te quedaras/ mi error fue darte todo, cuando no vales nadaaaa/ Me vas a extrañar/ te apuesto lo que quieras que vas a buscarme/ y vas a llorar porque tú a mí jamás supiste valorarme/ te vas a acordar de todas nuestras travesuras, pero será muy tardeeeeee’.

‘Chato, en febrero cumpliré un año más de vida y la verdad es que en este 2025 que ya se va me encerré con muchas mujeres en La Posada, les hacía el amor, pero no estaba enamorado de ninguna. Llegaba a mi casa y me sentía solo. Recordé todos los países que visité cuando relataba los partidos de futbol. Dejé varios amores, de diferentes países, hasta rusas que me decían al oído ‘Yo le amo a Pancholón’.

En la Copa América de Estados Unidos hice mi famoso ‘salto del chanchito’ en un yate frente a Miami. A veces pensaba ‘esta mujer es para mí’, pero luego me desanimaba. Por este pechito han pasado damas muy guapas y de cuerpo escultural, también sangronas, tóxicas, egoístas, hipócritas, calculadoras, de todo. Yo no soy un hombre que va a la caza de alguna mujer cuando asisto a una reunión. Al contrario, me hago el interesante. Soy un cotizado abogado, relator, animador, me va bien, pero me falta el gran amor de mi vida.

La noche me mueve, el tinte y colorete rojo me excitan. Me pongo virolo. La ‘tóxica’ me pide casarnos y yo le tengo terror al matrimonio porque ya me divorcié dos veces. Mi gran defecto es ser infiel, y la frase que siempre le digo a mis salientes es ‘el que se enamora pierde’.

Feliz 2026, yo lo recibiré en La Posada haciendo el amor con la grandota, tomando ron, así el médico me haya dicho que tenga cuidado con la próstata. Mi cábala es recibir las 12 haciendo el amor, más y más’”. Ese señor Pancholón no tiene cura. Va a acabar viejo y solo por cochino y sinvergüenza”. Me voy, cuídense.

MÁS INFORMACIÓN:

Contenido sugerido

Contenido GEC