
Mi amigo el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofadito de pollo con arroz bien graneadito y papita amarilla. Para tomar se pidió una jarrita de limonada al tiempo. “María, dos de los grandes defectos de los seres humanos es ser envidioso y malagradecido. Hay muchos pobres diablos que van por la vida viendo qué hacen los demas para criticarlos, les duele el éxito ajeno, sufren por eso. Desean el mal. Realmente es gente muy infeliz, que se fija en los demas porque ellas mismas no pueden concretar sus sueños por falta de talento, iniciativa o preparación.
El verdadero hombre de bien no mira al costado ni vive de los demás. Su objetivo siempre está al frente, rodeándose de gente valiosa, brinda buenas vibras y evita perder tiempo en criticar a los demas, sino en aprender.
Los envidiosos en el Perú estan al acecho de los que trabajan mejor. Mi lema siempre ha sido y sera: trabaja y demuestra lo que vales. El hipócrita y resentido social envilece un entorno, lo socava por dentro. A veces es difícil detectarlo, te sonríe con los dientes, pero por dentro te apuñala y aprovecha cualquier oportunidad para dejarte mal ante los demas, solo porque desea lo que tienes y él no puede. Sigue estos consejos:
- Si quieres algo, si deseas lo que otros tienen: trabaja, sacrifícate, estudia y esfuerzate. Nada llega del cielo.
- El envidioso gasta su tiempo viendo lo que hacen los demas, en lugar de dedicarse a sus asuntos.
- Tienen baja autoestima, la sensación de no ser suficiente en comparacion con otros. Poseen inseguridad emocional y se sienten amenazados por la felicidad o el exito de los demás.
- Miden su propio valor en función de lo que poseen o han logrado en comparación con otros. Por eso se suelen sentir inferiores o guardan resentimiento a los exitosos.
- Falta de gratitud: en lugar de agra decer lo que tienen o a quienes lo ayudaron, se enfocan en lo que les falta.
- Competividad excesiva: no trabajan para conseguir el éxito personal, sino por ser mas que el resto. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








