Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de res con pasta amarilla, arroz blanco graneadito y ajicito molido. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, hace unas semanas un colega regresó de España y una de las cosas que más le llamó la atención de ese país es que los españoles viven relajados, trabajan, pero le dan bastante importancia a su tiempo de ocio.
Al mediodía salen a las calles, se toman una cerveza, una taza de café y no se quedan hasta tarde trabajando más horas de las establecidas. En las noches sus bares están llenos de gente conversando, pasándola bien. No se estresan tanto. Acá en Perú, la gente vive estresada y tiene que trabajar hasta tarde para llevar el pan a la casa. Eso es malo, porque muchos no duermen bien. Se levantan a medianoche o solo tienen unas cinco o seis horas de sueño. A la larga, se convierte en un grave problema de salud.
Dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés del día. Después de una buena noche de sueño, las personas se desempeñan mejor y toman buenas decisiones. Descansar en la noche ayuda a estar más alerta, optimista y a tener una mejor relación con las personas. El estrés del trabajo también produce insomnio, desórdenes e impide el buen descanso. Por eso, hay que empezar el día cantando o riendo, y volver a casa con la misma actitud.
Según los especialistas, los adultos necesitan de siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud mental. No hay que dormir con el celular o la laptop encendidos. La artritis, dolor de espalda, enfermedades del corazón y afecciones como el asma dificultan dormir, así como la depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias.
Pero el estrés es el mayor causante de esta alteración. El trabajo excesivo, el tráfico endemoniado, el ruido, son las causas. Crea un buen ambiente de descanso. Oscuro y aislado del ruido. Si puedes haz actividad física moderada horas antes de dormir, para mejorar la calidad del sueño”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
