Las metas dependen mucho de la formación de hábitos.
Las metas dependen mucho de la formación de hábitos.

Mi amigo Gary, el fotógrafo, llegó por sus chuletas de chancho, arrocito blanco, papas doradas y su ensalada de cebolla y ají limo, y para la sed pidió una manzanilla para bajar la grasita.

“María, una de las principales razones del fracaso es la falta de disciplina. Se trata de un conjunto de normas o reglas cuyo cumplimiento conduce a un resultado. Por ejemplo, somos indisciplinados cuando se nos pegan las sábanas y llegamos tarde al trabajo o al centro de estudios. También cuando tenemos en desorden nuestra habitación, no pagamos a tiempo las deudas o nos comprometemos a asistir a alguna actividad y al final no cumplimos.

En este caso, esta conducta puede hasta perjudicar nuestra imagen y credibilidad en el centro laboral, de estudios o la vida social. La carencia de disciplina, que es un defecto muy común en las personas, a veces nos lleva incluso a tener un ritmo de vida que puede poner en riesgo nuestra salud. Muchas personas tendrían una mejor calidad de vida con un peso adecuado, sin colesterol ni estrés, si le dedicaran aunque sea media hora a los ejercicios o las simples caminatas.

Para una vida plena, es fundamental tomar el control de los hábitos y decisiones. Hay ciertas técnicas que permiten ser disciplinados y ayudan a ganar la fuerza de voluntad necesaria. Aquí te dejo algunos tips para tus lectores.

  • Sé consciente de tus debilidades y defectos. No podrás vencerlos hasta que los visualices y tengas conciencia de ellos. Por ejemplo, la comida chatarra, el exceso de azúcar o dormir muy tarde.
  • Elimina las tentaciones. Como dice el refrán, ‘fuera de la vista, fuera de la mente’. Incluye en esto a las malas influencias.
  • Establece metas más claras y ten un plan de ejecución. Si no sabes hacia dónde vas, es fácil perderte o desviarte del camino.
  • Desarrolla la autodisciplina. No nacemos con disciplina, es una habilidad que se va aprendiendo con la práctica diaria y repetitiva.
  • Crea hábitos simples. No te compliques. Alcanza tu meta a través de pequeños pasos en lugar de intentar cambiar todo al mismo tiempo.
  • Come sano y de manera regular. Con el hambre, la capacidad para poder concentrarse se daña y el cerebro no tiene un buen desempeño.
  • Cambia tu percepción acerca de la fuerza de voluntad. Si crees que tienes poca fuerza de voluntad, es probable que no superes esos objetivos. Si no te limitas, es más fácil que alcances tus metas.
  • Ten un plan B. Ante una situación adversa, te ayudará a reaccionar rápido y mejor”. Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.

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