Mi amigo Gary llegó por sus chuletas de chancho fritas con papas doradas, ensalada de cebollita con ají limo y su emoliente tibiecito.
“María, no hay amor más grande que el de una madre. No solo es el ser que nos da la vida, sino quien nos protege de todos los peligros, del hambre, del frío, de las enfermedades, del dolor y hasta de las penas de amor. Están dispuestas a dar la vida por sus hijos. Si es necesario y sus fuerzas les alcanzan, son capaces hasta de cuidar de ellos aunque estén viejitos, como si fueran niños. Como el caso de Ada Keating, de 99 años, quien se mudó a un asilo para atender a su hijo Tom, que tiene 80 años y está delicado de salud. Todos los días le da las buenas noches y cuando despierta, en las mañanas, ya está levantada para tomar juntos el desayuno. La mamá ama con un amor desinteresado y es la mejor psicóloga, enfermera, amiga y maestra. La madre cree en sus hijos y los alienta, aunque otros duden de sus capacidades. Se siente orgullosa hasta de nuestro más mínimo logro. Ella está dispuesta a estar junto a sus hijos hasta el final de su existencia, solo que un día ellos se van de casa para cumplir con la ley de la vida de formar su propia familia. Los hijos debemos retribuir siempre ese cariño. Jamás debemos olvidar a ese ser tan importante y valioso: la madre. No todos somos tan afortunados de tenerla a nuestro lado, por eso debemos aprovechar cada momento para prodigarle nuestro cariño, respeto y agradecimiento. No solo basta decirle que la queremos o darle un regalito, sino mostrarle nuestro cariño con un beso, un abrazo o estando junto a ella. Aquí te dejo solo algunas de las miles razones por las que debemos estar agradecidos con mamá.
- Por alentar y creer en sus hijos hasta en las batallas casi perdidas.
- Por impulsar sus sueños y hacerles saber que con disciplina y dedicación es posible alcanzarlos.
- Por tener la palabra precisa en el momento indicado, ya sea en la tristeza o la alegría.
- Porque a pesar de las adversidades, siempre mira hacia delante.
- Porque sin importar el tiempo ni la distancia, su amor siempre está presente.
- Por ser la mejor consejera del mundo.
- Porque desde pequeños a sus hijos les inculca valores como la gratitud y la humildad.
- Porque los logros de sus hijos son también suyos.
- Por entregar todo de sí sin esperar nada a cambio.
- Por esa sonrisa que lo ilumina todo”.
Tiene razón mi amigo Gary. Un saludo para todas las madrecitas del Perú y el mundo. Me voy, cuídense.