Hay una crisis profunda de autoridad en el país, en especial de la PNP.
Hay una crisis profunda de autoridad en el país, en especial de la PNP.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chicharrón de calamar servido con yuquitas fritas y salsa tártara casera. Para tomar pidió una jarrita de emoliente tibiecito. “María, terribles las imágenes de la agresión sufrida por el candidato presidencial Phillips Butters en Juliaca. No solo eso, las personas que llegaron a la radio donde era entrevistado, lanzaron todo tipo de objetos a los policías que llegaron a custodiarlo, sin respeto alguno. Hay una crisis profunda de autoridad en el país, en especial de la PNP.

Casos como la suboficial que hizo que se armara todo un operativo porque un chofer intentó cobrarle pasajes a ella y sus familiares, ha indignado a la población. Si así actuaran los agentes cuando uno es asaltado, no habría esta ola delictiva. Nueve policías y una persecución por varios distritos para detener ¡a un chofer! revela injusticia.

La población también está furiosa por la existencia de policías corruptos que trabajan directamente para las mafias de extorsionadores o les pasan datos. El flamante comandante general de la Policía, Óscar Arriola, debe hacer una limpieza total de la institución, una fumigación por todos sus rincones para botar a los corruptos, ladrones, abusivos y necios. La Policía debe recuperar nuevamente la autoridad y el respeto. Que sea como en otros países, donde el agente es la persona más honesta, amable y que hace cumplir la ley pase lo que pase y esté con quien esté.

Por supuesto que en la PNP hay grandes policías, abnegados y profesionales, que solo piensan en su trabajo y en servir a la sociedad. Pero ellos son perjudicados por los malos elementos. La gente tiene desconfianza en sus autoridades. Cuando uno va a la comisaría a hacer una denuncia, lo hacen esperar o no le hacen caso. El otro día, un joven a quien le robaron el celular lo ubicó en Las Malvinas gracias al GPS. Llamó a los custodios, pero estos no quisieron entrar a rescatar su aparato. ¡Pero sí pueden movilizar a nueve policías y patrulleros para perseguir a un conductor de micro y tratarlo como si fuera ‘Maldito Cris’ o el ‘Monstruo’! General Arriola, corrija esta situación”.

Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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