El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un rico arroz con pollo, papa a la huancaína y su jarra de emoliente. “María, llegué temprano al periódico y me encontré con mi amigo El Sonámbulo, el mítico reportero de Policiales del turno de madrugada. Estaba con su gabán gris, mismo Humphrey Bogart cuando hacía del detective Philip Marlowe en las novelas policiales de Raymond Chandler. “Gary, yo recorro Lima de madrugada hace muchos años. Desde inicios de los ochenta, cuando se dio el primer ‘boom’ de las , siempre se han producido violaciones a jovencitas pasadas de copas por tipos sin escrúpulos. Pero casi nadie se enteraba. Recuerdo a los tristemente célebres ‘angelitos’ del ‘Clan Calígula’. Esos muchachos miraflorinos que vivían la ‘vida loca’ en discotecas de Miraflores, seducían a bellas e ingenuas jovencitas, hijas de gente poderosa. Las ultrajaban ¡y las filmaban para extorsionarlas! Amenazaban con repartir el video a sus conocidos y familiares si no les daban plata. Todavía no existía Internet. Las malas lenguas dicen que el padre de una de esas víctimas fue quien ordenó la muerte de ‘Calígula’ y del ‘Chato’ Domínguez. 

Ahora los tiempos han cambiado. Hace unos días estalló un escándalo en las redes sociales, cuando colgaron el video de un sujeto que aparentemente violaba a una chica en estado inconsciente por el trago, en una discoteca y delante de varias personas. El acusado, John Pizarro Coronel, ‘Chino’, trabajaba como ‘jalador’ en el local y se dejó grabar feliz por otros tipos que no hicieron nada por defender a la joven. La chica se había pasado de tragos y sus ‘amigas’ la abandonaron. Fue cuando el miserable se lanzó sobre ella. Pero pese a todo el escándalo, la víctima no aparece para hacer la denuncia. Sin embargo, expertos como el abogado Mario Amoretti señalan que existe una norma que indica que no hace falta esta denuncia, pues la justicia puede intervenir de oficio. Además, en este caso particular, todo fue grabado y hay testigos que corroborarían que existió la violación. Pero sea hayado culpable o no, el daño a la muchacha ya está hecho y nada podrá repararlo. En estos tiempos, la víctima de violación es doblemente ultrajada y humillada, porque las imágenes de lo que padeció fueron subidas a Internet, a la vista de todo el mundo. Por eso, las chicas deben tener muchísimo cuidado con los lugares que frecuentan y sus padres, tener un mayor control. Deben asegurarse de que no vayan solas, sino con amigos o familiares de confianza para que se cuiden entre ellos, y al retirarse deben hacerlo todos juntos. Nada de que ‘vayan adelantándose que yo voy después’. Tampoco pueden tomar con desconocidos y menos aceptar que les den una gaseosa o un trago sin haber visto por qué manos pasó. Incluso, lo ideal es que los padres vayan a la fiesta a recoger a sus hijos a una hora acordada”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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