Internet es bueno para obtener información, pero también se ha convertido en refugio de pedófilos.
Internet es bueno para obtener información, pero también se ha convertido en refugio de pedófilos.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pepián de choclo y chancho, servido con arroz y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita con cebada tibiecita. “María, el país se vio remecido por el caso de una niña de solo 11 años, quien desapareció más de 40 horas tras ser contactada por un sujeto a través del chat en línea del videojuego Free Fire. Sus angustiados padres hicieron la denuncia y la Policía, luego de un gran trabajo, permitió ubicar a la menor cuando viajaba en una cúster con su presunto captor, Jonathan Laynes Moncada (39), en Ate.

Ella llegó hasta ahí tras encontrarse con el hombre en San Juan de Lurigancho. ¿Cómo es posible que una niña haya llegado tan lejos? ¿Por qué no hubo un debido control de los padres? ¿Es tan fácil contactar y llevarse a una menor? Lo peor es que cuando los papás denunciaron el hecho en la comisaría, no les hicieron caso.

Solo cuando salieron por la televisión, el ministro del Interior ordenó una investigación exhaustiva. En este mundo tan caótico, hedonista, hipersexual y desprovisto de valores, las calles y la Internet son cada vez más peligrosas. Que los niños tengan aceso ilimitado a las redes sociales o a un celular está muy mal. Los padres debemos tener control de los aparatos con que cuentan nuestros hijos, para de esa manera saber qué contenidos consumen, con quiénes conversan y de qué. Así podemos evitar casos como el que describimos.

Internet es bueno para obtener información y cultura, pero también se ha convertido en refugio de pedófilos, tratantes de blancas y seres depravados que están en busca de víctimas. Para empezar, un niño no debe tener celulares. Y solo entrar a una computadora con permiso de los papás. Ahora hay aplicativos para controlar el uso de los aparatos como smartphones, tablets o laptops.

El mejor ejemplo de los peligros que hay es esa niña de 11 años. De no haber actuado la Policía tan rápido, es posible que hubiera aparecido en Madre de Dios o la frontera con Colombia, que es a donde llevan a las niñas. Ese sujeto debe ser condenado a cadena perpetua”. Me voy, cuídense.

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