Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su arroz a la jardinera con pollo frito, sopa a la minuta y, para tomar, limonada con hielo para bajar el calor. “María, el calor calienta más fuerte cada vez y eso que recién estamos en enero. No me imagino cómo será en febrero y marzo.
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En el Perú, por una cuestión de energía, no se acostumbra poner aire acondicionado en casa, salvo aquellas donde los propietarios tienen dinero o ganan muy bien para costear la instalación y la factura de energía eléctrica. Los demás solo se tienen que conformar con ventiladores o abrir puertas y ventanas para que un aire bienhechor los refresque un poco. Otros acuden a las playas o a los parques con árboles para lidiar con la canícula.
En estos meses se presentan muchos casos de deshidratación de niños y ancianos, en general, pero también de jóvenes y adultos. Efectivamente, uno de los riesgos de la temporada de verano fuerte es la aguda deshidratación, causada por la exposición excesiva al calor ambiental, o la insolación, que es la lesión térmica asociada al ejercicio y calambres.
También existe el ‘golpe de calor’, cuadro médico que se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima de los 39.4° centígrados, ya sea por efecto del calor ambiental o por actividad física vigorosa (lavar carros en la calle, caminar un largo trecho bajo el sol), en la que el organismo es incapaz de regular su temperatura. Entre los síntomas más importantes del golpe de calor están: el mareo, la sudoración (excesiva al principio, ausente después), el enrojecimiento y sequedad de la piel, fiebre con temperatura desde 39 a 41°C, comportamiento inadecuado (como quitarse la ropa donde sea), aceleración del ritmo cardiaco con latido del corazón débil, dolor de cabeza y ataques con convulsiones.
Ante ello, los médicos recomiendan permanecer en lugares frescos, a la sombra y ventilados; utilizar gorra o sombrero, lentes de sol, sombrilla y protector solar; lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, antes de comer, servir y preparar alimentos, y después de ir al baño. También se recomienda evitar el consumo de alimentos en la calle. Es aconsejable beber agua (embotellada, hervida o desinfectada) para mantener el cuerpo hidratado; evitar la exposición al sol por periodos prolongados (especialmente entre las 11:00 a.m. y las 5 p.m., en que la temperatura alcanza sus niveles más altos); utilizar ropa ligera y de colores claros.
Tanto las niñas y niños menores de seis años, como los adultos mayores de 65 años, personas con sobrepeso, con problemas en las glándulas sudoríparas y enfermas del corazón, son los más vulnerables a sufrir golpes de calor”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.