Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tiradito de pescado al olivo, de fondo un chaufita de mariscos con rocotito y, para tomar, una limonada frozen.
“María, el Perú es un país de inmigrantes, un crisol de razas, lo que ha contribuido a enriquecer nuestra cultura en todos los aspectos. Por ese mestizaje es que tenemos, por ejemplo, al chifa, único en el mundo por el aporte chino y peruano.
El héroe máximo de nuestro Ejército es Francisco Bolognesi, hijo de un compositor italiano que llegó al Perú y formó familia con una dama arequipeña.
Podríamos seguir poniendo ejemplos de la contribución de extranjeros y no acabaríamos, pues una y mil veces somos fruto del mestizaje. Por eso, debe entenderse que el Perú recibe con los brazos abiertos a los hermanos venezolanos de bien, que huyen de la violencia, el hambre, la miseria y la persecución impuestos por el chavismo en su país.
Acogemos con una sonrisa a los llaneros y a los que provengan de cualquier otro país si llegan a trabajar de forma honesta. Pero lo que no podemos hacer es continuar permitiendo que vengan libremente los más terribles hampones venezolanos, que matan sin motivo.
Todos los días ingresan por nuestras fronteras del norte, prácticamente sin ningún control, sicarios, asaltantes y otros indeseables.
MENOS DELITOS EN VENEZUELA, PORQUE DELINCUENTES SE VIENEN AL PERÚ
Un periodista venezolano dijo hace unos días que en su país en los últimos años hay más tranquilidad y menos delitos porque integrantes de las bandas criminales más sanguinarias están viniendo al Perú.
Ahí están ‘Los Malditos del Rolex’, ‘Tren de Aragua’, ‘Los Gatilleros de La Guaira’ y muchos otros. ¡Increíble! El dictador Nicolás Maduro debe estar feliz, porque las lacras de su tierra se vienen en masa a nuestro país. ¿Y qué hace el Gobierno para impedirlo? Nada.
Tanta es la inacción de las autoridades que hasta parece que alientan la llegada de esos pistoleros, violadores y extorsionadores que aterrorizan a peruanos decentes. En varios distritos se denuncia que grupos de extranjeros botan de las esquinas y calles a vendedores ambulantes peruanos o les piden cupos para dejarlos trabajar.
Si se resisten, les disparan. ¡Es de locos! Esta situación hace tiempo se salió de control. Los peruanos de a pie, que no cuentan con la seguridad que sí tienen el presidente y sus ministros, no pueden dormir tranquilos ante tanta violencia.
Si un familiar sale a la calle a trabajar o estudiar, no se sabe si volverá con vida. En su primer mensaje a la Nación, el 28 de julio del 2021, Pedro Castillo dio un plazo de 72 horas para que los delincuentes extranjeros se vayan. Han pasado meses y, en lugar de que alguno se despida, cada día vienen más”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.