Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos chicharrones de pescado y mariscos con cebollita, ají y una chicha morada para la sed. “María, me siento orgulloso de trabajar en Trome, un diario cuyos contenidos están orientados a la familia. Lo digo por la importancia que esta tiene en la , que son los ciudadanos del mañana. Creo que muchos de los problemas sociales que vemos hoy, como el aumento de los embarazos no deseados en adolescentes, el consumo de alcohol, marihuana, cocaína y otras drogas, así como el pandillaje, la delincuencia y la prostitución, se deben básicamente a la descomposición de la familia, a los hogares donde los padres ejercen violencia, consumen alcohol o drogas, donde no hay control a los hijos, o están ausentes el papá o la mamá. Los expertos aconsejan para la buena crianza de los hijos:

- Estimula la autoestima de tu hijo. Háblale en el tono adecuado, sin gritarle, herirlo ni ofenderlo. ¡No lo golpees! Evita compararlo con otros niños y decirle frases denigrantes como ‘¡Qué estupidez dices!’ o ‘Tu hermano es mejor que tú’. Elogia sus logros, aunque sean pequeños, porque eso lo hará sentirse orgulloso.

- Evita criticarlo siempre. Calcula si lo descalificas más veces de lo que lo felicitas. Piensa cómo te sentirías tú si te estuvieran criticando siempre, aunque lo hagan con buena intención. Ten un mejor enfoque. Frases como ‘Tendiste la cama sin que te lo pida. ¡Eso es fantástico!’ son más efectivas que las reprimendas para alentar una buena conducta.

- Establece límites y disciplina. Una buena regla sería que tu hijo no puede ver la televisión mientras no termine de hacer las tareas. Otra sería que no están permitidos los golpes, insultos y ofensas.

- Pasa tiempo con tu hijo. Levántense más temprano para que desayunen juntos. Programa un ‘día especial’ o noche en la que tu hijo elija qué harán juntos. Asiste a los eventos, actuaciones y competencias en los que tu hijo participa.

- Predica con el ejemplo. Los hijos siempre imitan a sus padres. Compórtate: muestra respeto, cordialidad, amabilidad, tolerancia, generosidad. Agradece siempre y trata a tu hijo con amor y consideración.

- Comunícate mejor. Explica a tu hijo por qué deseas que haga algo. Escúchalo, pues el niño que participa en la toma de decisiones se siente más motivado a llevarlas a cabo.

- Deja claro que tu amor es incondicional. Esfuérzate por educar y alentar a tu hijo. Cuando tengas que impartir disciplina (nada de golpes ni ofensas), que sepa que lo amas”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC