El fotógrafo Gary llegó por su pollo al horno con sus papas sancochadas y ensalada rusa, además de su jarrita de emoliente.
“María, por las responsabilidades del trabajo y las actividades sociales que impone la vida moderna, los padres tienden a estar menos tiempo con sus hijos. Les hablan poco, casi no los escuchan y dicen quererlos, pero difícilmente se lo demuestran con una caricia, un beso en la frente o un abrazo. Muchas veces la relación es fría, vacía y distante. Padres e hijos están bajo el mismo techo, pero estos se sienten más cerca de sus amigos y hasta de desconocidos que se comunican con ellos desde muy lejos, a través de las redes sociales. En medio de este ambiente, los chicos se vuelven más independientes, tienen pareja incluso antes de los quince años, van a fiestas sin permiso de sus padres y a veces andan en malas juntas. Pero ellos son los menos responsables. Según los psicólogos, la comunicación familiar es una de las claves para que los hijos se transformen en adultos sanos y felices. Cuando son niños es más fácil pasar tiempo con ellos, pero a medida que crecen, los jóvenes comienzan a tener sus propias actividades, intereses y vida social y esto puede interferir en la relación con los padres. Pero los adolescentes y los jóvenes aún necesitan que ese vínculo sea fuerte y de confianza, por tal motivo los padres deben hacer todo lo posible por pasar tiempo de calidad con ellos. Aquí te dejo algunos tips para fortalecer esa relación.
-Compartir al menos una comida diaria. Los ritmos de vida difícilmente permiten que toda la familia esté en la casa a la misma hora, pero hay que hacer todo lo posible por desayunar, almorzar o cenar juntos.
-Crear reglas familiares que faciliten la conexión padres-hijos. Por ejemplo, no encender el televisor ni usar los celulares durante las comidas.
-Tratar de realizar actividades juntos. Por ejemplo, cocinar o hacer la limpieza, salir a pasear o jugar dentro o fuera de casa. Si tenemos que ir a realizar un trámite o una compra, podemos invitar a nuestros hijos. El momento será propicio para la charla y reafirmará la confianza.
-Llevarlos a visitar a la familia del padre y la madre. En la educación de los hijos, los abuelos tienen una función muy importante. Estas visitas también les permitirán a los hijos conocer a más parientes, la historia de la familia y reforzar su identidad.
-Aplicar en casa una disciplina positiva. Es una forma de educar a los hijos basada en el respeto mutuo, el cariño y la comprensión. Es necesario el rigor, pero de ninguna manera caer en reglas de tipo militar”.
Tiene razón mi amigo. Me voy, cuídense.
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