Mi amigo Gary llegó por su seco con frejoles y una chicha de jora al estilo norteño. “María, millones de niños y adolescentes vuelven este lunes al colegio. Según los psicólogos, los alumnos rinden más cuando sus padres se interesan por sus deberes y tareas escolares, porque así demuestran que lo que hacen ellos es importante.
Ayudar a los hijos en sus quehaceres no implica pasar largas horas con ellos delante de un cuaderno o un libro. Los padres pueden apoyarlos demostrándoles sus habilidades, descubriendo sus talentos o incentivándolos a mejorar cada día. También explicándoles un problema complicado o animándolos a que se tomen un descanso cuando los vean agotados. Esta labor la deben realizar tanto las madres como los padres, pues es importante no solo para que los hijos saquen buenas notas en el colegio, sino también para apoyarlos en su desarrollo personal, su autoestima, seguridad y desenvolvimiento. Aquí te dejo algunos tips de lo que debemos hacer los padres.
En la medida de lo posible, acuda al colegio de su hijo. Conozca a los profesores, asista a las reuniones de padres de familia. Consúlteles también a los docentes sobre los avances de su hijo.
Fije un área adecuada en casa para los quehaceres escolares. Que el lugar esté bien iluminado y ventilado. Ponga a la mano todo lo necesario (papel, lápices, reglas, goma, tijeras).
Establezca un horario regular para hacer las tareas y estudiar. Algunos alumnos trabajan mejor por la tarde. No obligue a su hijo a estar largas horas dedicado a los quehaceres; dele un respiro, un momento de juego.
Ayúdele a armar un plan de trabajo. Especialmente cuando tenga que hacer un trabajo manual o preparar una exposición.
Reduzca al mínimo las distracciones. Esto implica la televisión, redes sociales y música con volumen alto.
Asegúrese de que haga su propio trabajo. No aprenderá nada si no piensa por sí mismo y corrige sus propios errores. Los padres pueden sugerir y orientar.
Supervise a su hijo. Pregúntele con frecuencia sobre las tareas escolares, controles y exámenes. Apóyelo, revise que cumpla sus deberes y si no entiende algo, oriéntelo.
Dele un buen ejemplo. Los hijos aprenden de sus padres. Que lo vean organizándose bien y mostrando una conducta adecuada (buenos modales, respeto a los demás, valores morales, disciplina, responsabilidad).
Elogie el trabajo de su hijo y si le va mal, anímelo a mejorar. Cuando saca notas excelentes, felicítelo con un abrazo y un beso, ese es el mejor premio. Si desaprobó algún curso, repréndalo con moderación y anímelo a mejorar.
Si su hijo tiene problemas de conducta o dificultad para concentrarse y memorizar, pida ayuda. Puede necesitar gafas o ir a consulta con un especialista”.
Qué buenos consejos de mi amigo Gary. Me voy, cuídense.