Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por sus tallarines rojos con papa a la huancaína, sopa de verduras y, para tomar, cebadita heladita. “

todos los grandes centros comerciales lucen abarrotados de clientes, que pugnan por llevarse el carrito a control remoto, la muñeca patinadora, el dron a pilas o los videojuegos más populares.

También para comprar polos, zapatos, pantalones y bermudas, a fin de lucir bien en la cena navideña. Otros se llevan televisores de pantalla LED, equipos de sonido, muebles para la sala y laptops.

Felizmente en la mayoría de locales el control es exigente para que presenten sus carnés de vacunación y de esa manera evitar la propagación del Covid-19, cuyos primeros casos de la variante ómicron fueron anunciados ayer por el ministro de Salud, Hernando Cevallos.

Espero nomás que la gente no se esté endeudando de más usando las tarjetas de crédito, porque después van a llorar para pagar. Esta locura adquisitiva demuestra que a la gente aún le queda recursos. Es bueno también porque se reactiva la economía del país.

TRÁNSITO VEHÍCULAR

Otro aspecto que se está presentando en estos días es el infierno en el tránsito vehicular. Hay lugares donde la gente se demora hasta una hora en pasar, como por ejemplo en el tramo Mega Plaza-óvalo Caquetá, en el cono norte, la avenida Alfonso Ugarte, en el centro de Lima, o Ciudad de Dios, en el cono sur.

La ciudad no estaba preparada para el ingreso a raudales de vehículos en las últimas dos décadas. El parque automotor se elevó de manera exponencial y no ha ido a la par de las obras de envergadura que la ciudad de Lima necesita.

Los alcaldes que han ido pasando no han enfrentado como se debe estos problemas. Todo lo dejaron a las empresas que gestionan los peajes, pero ya sabemos que por ahí corrió bastante coima y corrupción.

Encima, este Gobierno, a través de su ministro de Transportes y Comunicaciones, ayudado por el Congreso, ha petardeado la reforma del transporte, permitiendo que siga operando la informalidad, que tantos accidentes y muertes ha causado en todos estos años.

Pero, bueno, esperamos que estas fiestas transcurran lo más tranquilas posibles, siempre cuidándonos del terrible coronavirus, de los rateros y de los accidentes de tránsito”. Pucha, mi amigo Gary tiene razón. Hay que cuidarse mucho en estos días. Me voy, hasta mañana.

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