El fotógrafo Gary llegó al restaurante por su churrasco a la inglesa con arrocito blanco, ensalada fresca y rocotito molido. Para bajar la grasita se pidió una tacita de menta con hierba luisa calientita.
“María, vine temprano a la Redacción y me encontré con el legendario periodista de Policiales, ‘El Sonámbulo’. Estaba redactando una crónica sobre los sicarios del Callao. ‘Gary, me tengo que apurar, porque dentro de unos minutos llegarán los alumnos de Periodismo’, me dijo. Justamente ingresaron los estudiantes. ‘Hoy vamos a hablar de un escritor clásico. Para muchos es el más grande escritor de cuentos de horror, Edgar Allan Poe.
Hay un relato espectacular que, inclusive, ha sido llevado a la pantalla grande. Se llama ‘Los crímenes de la calle Morgue’, publicado en 1841 en una revista de Filadelfia. Nunca antes se había escrito una historia sobre detectives. Poe es el pionero e innovador.
Su personaje no es un detective privado tal como se conocería más tarde, en realidad Auguste Dupin es un aficionado. Un hombre de una familia muy importante, pero que se quedó en la pobreza. Es un tipo muy inteligente, sobre todo analítico. Todo ese poder tiene que emplearlo para lograr resolver un escalofriante y brutal asesinato.
Edgar Allan Poe traslada la trama a París. Allí, en la calle Morgue, se produjeron dos asesinatos escalofriantes: una madre y su hija jovencita fueron masacradas. Los primeros en llegar vieron cómo a la anciana la habían prácticamente arrancado la cabeza del tronco y fue cortada con una navaja que se encontraba en el suelo ensangrentada.
A la hija la habían estrangulado con tanta violencia que le partieron el cuello como a una gallina. ¿Qué bestias pudieron ejecutar tamaño crimen? Y lo peor es que si bien toda la habitación estaba en completo desorden, como si hubiese pasado un huracán, en la mesa de noche se encontraban 4 mil francos, una pequeña fortuna que no fue tocada por el o los asesinos.
Igual, en un cofre se encontraban varias finísimas joyas de oro, a vista de todos, y tampoco se lo llevaron. La policía está desconcertada y no tiene ninguna pista, pero Auguste Dupin resolverá el misterio. En los últimos párrafos nos describe cómo ambas infortunadas mujeres hallaron la muerte de la manera más espantosa. Sin embargo, no les voy a revelar el final.
Lean el libro. La vida de Poe también fue tan trágica como sus relatos. Dedicó su vida a escribir poesía y fundaba periódicos, pero siempre tenía problemas económicos y se dedicaba a matar sus penurias en el alcohol. Fue así que murió relativamente joven, a los cuarenta años.
Lo encontraron tirado en una callejuela del puerto de Baltimore y la causa de su deceso fue una intoxicación alcohólica. Triste final para un genio’. Ni bien terminó de hablar, ‘El Sonámbulo’ se fue por el lado oscurito de la Redacción”. Pucha, ese señor está forjando un puñado de buenos periodistas. Me voy, cuídense.