Cierren las fronteras a la migración ilegal.
Cierren las fronteras a la migración ilegal.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unas lentejitas aderezadas con chorizo, arroz blanco y un bistec jugoso. Para tomar pidió una jarrita con emoliente. “María, tras el ultimátum del candidato presidencial derechista José Antonio Kast en Chile, quien dio poco más de 100 días a los extranjeros ilegales para que se vayan del país, varios venezolanos, colombianos y haitianos han empezado a cruzar la frontera en Tacna, hacia el Perú.

Muchos venden sus pertenencias pues Kast ha dicho que apenas gane los comicios los expulsará ‘con lo que tengan puesto’. Esto no solo es un problema migratorio enorme, sino de seguridad para el Perú.

A medida que se acerquen las elecciones de la segunda vuelta chilena, prevista para este 14 de diciembre, cientos o miles de migrantes irregulares ingresarán a nuestro territorio, muchos de ellos delincuentes, gente con antecedentes penales o miembros del temible ‘Tren de Aragua’. Si hoy vivimos una ola criminal sin precedentes, ¿se imaginan lo que pasará con una inmigración descontrolada?

El gobierno debe mejorar la vigilancia en las fronteras de inmediato. El presidente José Jerí ha dicho que reforzarán nuestros límites, pero no debe tardar un solo día más en hacerlo. Al Perú se le respeta y nadie puede mandarnos criminales como si nuestro país fuera su chacra. Las Fuerzas Armadas deben ayudar a la Policía en la tarea de reforzar el control.

El 2023 la Policía chilena hacía cruzar a los ilegales unos metros la línea fronteriza hacia Tacna y cuando nuestros agentes en ese mismo momento les decían que no podían hacer eso e intentaban devolverlos, los uniformados de ese país no lo aceptaban.

También mandaban a los ilegales a nuestro país de noche, cuando nadie veía nada. Les enseñaban las rutas y el momento en que podían cruzar. Ese comportamiento vergonzoso de esas autoridades del país del sur quedó evidenciado gracias a un revelador reportaje periodístico. El Perú es un país digno y no debe tolerar actos de prepotencia de nadie”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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