Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por lomo a lo pobre con su arrocito, papitas y huevo frito. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, triste lo que pasó el sábado con la bailarina Ariadna Calampa Conde, quien falleció tras ser lanzada varios metros luego de colisionar con un taxi en un cruce con la Vía Expresa, en Miraflores.
La joven de 27 años viajaba en su moto eléctrica y sufrió graves lesiones al estrellarse en el ‘Zanjón’. La Policía investiga si esta desgracia se debió a que el taxista se pasó la luz roja. Por eso los conductores deben manejar siempre respetando las reglas de tránsito, que han sido hechas para evitar, precisamente, accidentes. Se investiga si el conductor avanzó en luz ámbar del semáforo, pero también si la fallecida iba a excesiva velocidad.
La luz ámbar no da derecho a avanzar, sino que es un aviso para detenerse, pero muchos choferes aceleran. Otros se pasan la luz roja y provocan tragedias. Un vehículo en manos irresponsables se convierte en un arma mortal.
Las leyes deben cambiarse para que los conductores de ese perfil sean encarcelados. Nada de homicidios involuntarios. Quien se pasa una luz roja o hace maniobras temerarias sabe que puede causar un accidente mortal.
Los que conducen ebrios, sabiendo que sus carros tienen desperfectos o infringen normas de tránsito, no deben manejar nunca más. Que trabajen de cualquier cosa, pero no como choferes.
- Asegúrate del estado de tu vehículo. Hazle mantenimiento periódicamente.
- Descansa lo suficiente antes de conducir. Mínimo ocho horas. Si te amaneces, no agarres el carro.
- Respeta las señales de tránsito y los límites de velocidad. Estas fueron hechas para evitar muertes.
- Mantén una distancia segura entre vehículos. No sabes lo que el chofer que va adelante hará.
- Cuidado con los adelantamientos. El lado izquierdo se debe usar solo para adelantar y dar paso a quienes van más rápido”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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