Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chicharrón de calamar con salsa tártara y yuquita sancochada. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, el Callao, cuna de gente alegre y progresista, donde se ubica el puerto del Pacífico más importante de Sudamérica, celebra hoy sus 189 años como provincia autónoma. Pero lamentablemente lo hace en medio de denuncias contra sus autoridades y una ola delincuencial que no se ha visto en muchas décadas.
Es uno de los principales destinos turísticos del país, con bellos paisajes como La Punta, el muelle Dársena o la parte antigua de la ciudad. Y ni qué decir del Sport Boys y el Atlético Chalaco, verdaderos emblemas del deporte en el primer puerto. El Callao está afectado por la profunda corrupción que se ha apoderado de sus instituciones, de lo que no ha podido salir en muchos años.
Quién no recuerda a Alex Kouri, exalcalde y exgobernador regional, quien purgó cinco años de cárcel por ese escándalo que fue la Vía Expresa del Callao. O a Félix Moreno, procesado por una coima de más de 2 millones de dólares de la empresa Odebrecht por la concesión del circuito de playas de la Costa Verde. O al exalcalde Juan Sotomayor, acusado de pagos de 60 millones de soles a una empresa municipal por ‘trabajadores fantasma’.
Pero nuestro primer puerto es más grande que sus problemas. Las autoridades deben preocuparse por embellecerlo, darle más infraestructura, ayudar a su crecimiento, pero sobre todo combatiendo a la corrupción de los ‘chimpuneros’, ese grupo que se llevó millones. Por su puesto, también luchando contra la delincuencia común.
En las próximas elecciones los chalacos deben tener los ojos bien abiertos para no elegir a corruptos y ladrones. El Callao tiene todo para ser más grande que muchas grandes ciudades portuarias. Tiene gente pujante y trabajadora, una bahía hermosa, conexión a una megaciudad como Lima, el oceáno Pacífico que lo acerca al gran mercado chino y mucha salsa. Por eso hoy debemos gritar ¡Chimpún, Callao!”.
Me voy, cuídense.
