Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tallarín al pesto y milanesa de pollo. Para calmar la sed pidió una jarrita con limonada. “María, el presidente Donald Trump anunció hace unos días que Venezuela pagará un alto precio si no admite a sus presos que están en Estados Unidos.
Ante ello, Caracas respondió afirmando que sí abrirá sus cárceles para recibir a los delincuentes que lleguen del país del norte. Eso es peligroso, pues es posible que estos hampones extremadamente peligrosos al final crucen las fronteras, como han venido haciendo en los últimos años, e ingresen al Perú para matar y extorsionar. Por eso, en lugar de irse a Estados Unidos, en un viaje inútil, Dina Boluarte debería liderar un plan de emergencia para cerrar nuestras fronteras, y evitar así que esos monstruos lleguen a nuestras ciudades.
Muchos de ellos son del ‘Tren de Aragua’, que en Estados Unidos están siendo cercados y encarcelados, y necesitan irse a otros países para seguir perpetrando sus horrendos crímenes. No estamos diciendo que todos los venezolanos son así. La mayoría es gente de bien, que dejó su país huyendo de la violencia, la pobreza, el atraso y la falta de oportunidades.
Acá he conocido a médicos, ingenieros, administradores y todo tipo de profesionales de la tierra de Bolívar. Pero también ingresaron miles de los peores criminales de ese país. Esas hienas no dudan en disparar a niños y mujeres, o cortar a sus víctimas en pedacitos y encima grabarlo todo para difundirlo por redes sociales. Contra ellos hay que luchar con todas nuestras armas, para encarcelarlos de por vida o enviarlos de regreso a Venezuela.
Que no nos pase como hace casi seis años, cuando el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski abrió nuestras fronteras de par en par, sin filtro alguno, para recibir a cientos de miles de extranjeros. Desde esa vez, nuestra tranquilidad se fue al agua. Nunca como ahora vivimos tan inseguros. Impidamos que ingresen más delincuentes extranjeros”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
MÁS INFORMACIÓN:
