Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una rica ocopa con huevito duro y su adobo arequipeño bien jugosito. Para la buena digestión se tomó una jarrita con manzanilla calientita. “María, el dinero fácil siempre será un imán para muchos. Cuando digo fácil me refiero a plata malhabida. Eso implica cruzar la línea y cometer delitos que te pueden llevar a prisión. Hace una semana vi un reportaje en televisión de jóvenes que apenas llegaban a los 20 años y fueron capturados en el aeropuerto intentando llevar en sus maletas casi cinco kilos de cocaína hacia Europa.

Una mafia de drogas les había ofrecido 4 mil dólares a cada uno por el ‘trabajo’. Ahora pasarán varios años en la cárcel truncando su futuro y con esa mancha que llevarán de por vida. Siempre repito que no hay nada como el trabajo honrado y duro para alcanzar las metas.

Disfrutarás lo que consigas sin temores. Algunos consejos:

  • Enseñar valores. Hay que enseñar a los hijos con el ejemplo. A amar el estudio, a trabajar para conseguir lo que se desea. A tener paciencia, pues nada importante se logra rápido.
  • Amor y disciplina. A los hijos hay que llenarlos de amor y darles un hogar donde haya paz y respeto. Pero también hay que saber corregirlos, sin humillarlos, sin gritos ni golpes. Con firmeza, pero con cariño.
  • Todo tiene consecuencias. Hay que establecer reglas claras en el hogar y si no se respetan debe haber castigos proporcionales. Los chicos deben tener claro que todo lo que hagan tendrá repercusiones y deben hacerse cargo de lo que hacen”.

Gary tiene razón, qué buenos consejos. Me voy, cuídense.

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