Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cabrito con frejoles, acompañado de ajicito y salsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada. “María, el flamante ministro del Interior, general Vicente Tiburcio, anunció ayer la reforma de la Policía para remover a los malos elementos y expectorarlos de la institución. Esto es muy importante en la lucha contra el hampa organizada, pues algunos malos elementos de la PNP trabajan directamente o son informantes de peligrosas bandas, como las de ‘El Monstruo’, ‘El Jorobado’ o ‘Los Pulpos’. Y es bueno que quien esté al frente sea un policía como Tiburcio, de gran experiencia y de una carrera destacada, pues fue uno de los oficiales del GEIN que capturó al genocida Abimael Guzmán en 1992.
Solo un policía sin manchas ni ‘anticuchos’ puede llevar adelante el proceso de botar a las lacras de la institución. Otra de sus metas debe ser reformar las escuelas de policías, pues en los últimos años han entrado no solo topos de las organizaciones criminales, sino también jóvenes sin vocación, de poca moral, pésimos estudios y con conexiones con el mundo criminal. Necesitamos una Policía profesional y abnegada, no simples trabajadores con uniforme. Queremos que sean como eran antes: ejemplos para la sociedad y buenos vecinos. El pueblo está cansado de los coimeros, malcriados y flojos.
Si de verdad vamos a enfrentarnos con todo al crimen, es imprescindible contar con agentes comprometidos y limpios. En la misma línea, el comandante general de la PNP, Óscar Arriola, informó que ya está listo un proyecto de ley para reformar el régimen disciplinario policial, con el fin de sancionar de forma más rápida a los efectivos implicados en corrupción o crimen organizado. Este Gobierno ha empezado bien, pues está atacando los principales males de la sociedad, a las lacras.
Es necesario acompañar esas acciones con leyes más duras a cargo del Congreso, y que el Poder Judicial y la Fiscalía dejen de liberar a los delincuentes que la Policía captura”. Me voy, cuídense.
