
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un picante de carne con arrocito graneado y, para tomar, una manzanilla calientita. “María, llama bastante la atención que en este país donde la delincuencia día a día gana terreno y prácticamente no hay bodeguero o transportista que no sea extorsionado, que las autoridades hayan dado libertad tan fácilmente a un condenado por homicidio como el temible Jhon Smith Cruz Arce, alias ‘Jhon Pulpo’, excabecilla de la sanguinaria organización criminal ‘Los Pulpos’ de Trujillo. Este clan familiar es uno de los más peligrosos y sus tentáculos se han extendido a varias regiones del país. Un informe de inteligencia policial señala que este sujeto, cuando estaba preso, dirigía a su banda en las acciones criminales que perpetraba. ‘Los Pulpos’ está metido en el cobro de cupos, secuestros, torturas, sicariato, tráfico de drogas y hasta la minería ilegal.
Los más curtidos policías están indignados con el Poder Judicial y con el Inpe, por haber puesto en las calles a este prontuariado, pues por experiencia saben que es muy probable que se desate un baño de sangre por la guerra entre bandas que se avecina, por el control de las actividades criminales. Así el país no puede avanzar. No si las autoridades andan más preocupadas en ‘respetar’ los derechos de los criminales, que de los ciudadanos honestos y trabajadores que son asesinados cada día. Esto es de locos y provoca la indignación de los peruanos de bien. En este momento, los delincuentes de todo el Perú deben estar celebrando, pues comprueban una vez más que acá es bien fácil burlar a la justicia y salirse con la suya. ¿Los impuestos que pagamos se van para pagar los jugosos sueldos de funcionarios ineptos o tal vez corruptos? Esto es gravísimo y el gobierno y el Poder Judicial deben salir a dar explicaciones al país. Este tema tan delicado no puede quedarse así nomás y ser pasado por agua tibia. Deberían rodar cabezas para sentar un precedente”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








