El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso cordero al palo bañado en cerveza, papas doraditas, ensalada fresca y ajicito molido. “María, el gran Pancholón me mandó un mensaje de audio. ‘Chatito -me dijo-, deja todo y vente volando, cuídate de los sapos rabiosos, envidiosos y ‘mala leche’. Deja tu carro, vamos a tomarnos un Cartavio X0 en las rocas y comernos unas alitas al limón. No le avises a nadie, es círculo cerrado. Ven rápido...’.
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