El fotógrafo Gary llegó al restaurante por una deliciosa ocopa arequipeña y un chanchito al cilindro con ensaladita fesca. Para beber, se pidió una jarra de emoliente con cebada.
“María, me encontré con mi amigo ‘El Sonámbulo’. Me acuerdo que, al producirse el crimen de Esther Huerta, esposa del gerente de la región Callao y hombre de confianza del presidente regional Félix Moreno, Víctor Suelpres, el periodista policiaco me soltó una pista que nadie tenía y que ni siquiera ahora se presentó en el reportaje de ‘Cuarto Poder’. En la televisión se afirmó que hay personajes involucrados en la muerte de la infortunada ama de casa, que son del entorno íntimo del viudo, pero no dijeron lo que me reveló ‘El Sonámbulo’: ‘Gary, cuando Suelpres se vio con la soga al cuello, porque estaba investigado por el caso de los sobornos y coimas de Odebrecht a funcionarios por la obra de la Costa Verde Callao y otras, decidió para resguardar su patrimonio, bajo la figura de ‘separación de bienes’, y poner a nombre de su esposa una residencia espectacular en Magdalena’. Ahora la familia de la víctima, peruanos exitosos en Estados Unidos, sostiene que les pareció muy sospechoso que ni bien se produjo el asesinato de su esposa, no hubiera exigido a la policía una profunda investigación, sino que mandó a su abogado a informar a la prensa que la muerte de la señora no sería ningún ‘daño colateral’, por una presunta intención de amenazarlo a no acogerse a ser ‘colaborador eficaz’’.
Eso indignó a los familiares que declararon en el programa de América TV y dieron una revelación que cambió radicalmente el rumbo de las investigaciones: ‘Mi hermana, semanas antes de su asesinato, llegó a Estados Unidos y nos reunió para decirnos que estaba decidida a divorciarse de su esposo’. Esa revelación puso en alerta a los sabuesos de Homicidios, que después hicieron un cerco que determinó la captura de los autores materiales del crimen: ‘Raulito’, ‘Lalo’ y ‘Giovani’. También cayó ‘Liset’, quien fue el nexo entre el autor intelectual y los sicarios. Pero los deudos de Huerta dieron una pista importantísima. Un trabajador del gobierno regional, que es el hombre de confianza, chofer y guardaespaldas de Suelpres, es amigo de uno de los detenidos por el crimen. Inclusive, mostraron fotos de los dos juntos. Podría haber un móvil, un hipotético divorcio lo dejaba sin propiedades. La policía debe investigar y cuidado con oscuros tentaculos. Otros, por menos, han cruzado la línea. Por lo pronto, la Fiscalía ya pidió el levantamiento del secreto de sus comunicaciones, al igual que el de los implicados en el crimen. Con esa jugosa información se verá si hubo algún contacto entre los asesinos y el autor intelectual”.
Pucha, ese señor es un gran periodista. Pero todo está en manos de la justicia. Me voy, cuídense.
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