El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un rico estofado de pollo, con arroz blanco graneadito, papita amarilla y rocotito molido. Para tomar, pidió una jarrita de refresco natural de carambola.
“María, después de tiempo llegó a la Redacción, elegantemente vestido, el periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. Con semblante apenado me dijo: Sentí profunda tristeza por la partida del genial cantautor azteca Armando Manzanero, el ‘Rey del romanticismo’.
En la cumbre de su carrera me recibió en su suite del Hotel Sheraton. Colgó sus cortos brazos en mi hombro y expresó: ‘Órale cuate, mi sangre maya saluda a la raza inca de milenaria cultura’. Quedé mudo de la impresión.
Saboreó una copa de pisco sour y dijo: ‘Ándale, vamos a platicar’. Se sentó en un piano clásico y con sus dedos prodigiosos tocó su obra maestra ‘Contigo aprendí’. Sus pequeñas piernas no llegaban al piso, pero su voz y sonrisa me encandilaron.
Con sus ojitos brillosos contó que papá Santiago fue músico charro para llevar alimentos al hogar. Una noche caminamos por el centro histórico y nos sorprendió una intensa lluvia.
Así, confesó el tórrido romance con una bella modelo peruana y la cita a la que no llegó la amada, y surgió: ‘Esta tarde vi llover’. Continuaron y tuvieron dos herederos. A la hija se la llevó a México, llorando de ternura.
Admiré su sencillez. Luego de comer anticuchos en el malecón de Chorrillos, entre tanta gente, una simpática morena se mandó: ‘Chato, me haces temblar cuando cantas’. Él respondió: ‘Estoy en oferta’. Se mataron de risa, tarareando a dúo ‘Somos novios’.
Se casó en cinco ocasiones y ‘Adoro’ le dio fama mundial. En su repertorio está ‘La flor de la canela’, de su íntima amiga Chabuca Granda. Reafirmó que Tania Libertad es la que mejor interpreta sus canciones en el mundo.
Entramos a una librería de Miraflores y pidió las obras de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Me susurró: ‘La buena literatura es fuente de mis inspiraciones’.
Se fue el pequeño gigante del amor. El romántico más universal”. El señor Mendocha conoció a este grande de la música. Hay nostalgia en sus palabras. Me voy, cuídense.