Amy Gutiérrez. (Foto: Allengino Quintana / @gec)
Amy Gutiérrez. (Foto: Allengino Quintana / @gec)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un espectacular plato de pavita a la olla con pallares, y para tomar una jarrita de jugo de limonada. “María, me impresionó hasta el corazón el reciente video que subió a redes sociales, donde llora y dice que está enfrentando una aguda depresión. Según dijo, se siente abrumada por diversos sentimientos y no puede evitar llorar.

Esto contrasta con su habitual alegría en los escenarios, lo que denota que algo está mal en ella. ‘Días difíciles siempre van a haber. No me da vergüenza que me vean así, la verdad, porque soy un ser humano como todos, y también me deprimo, también siento, también a veces me siento sola, también a veces las cosas no me salen como quiero’, expresó en un video.

Y agregó: ‘A veces me cuesta comprender este remolino de sentimientos que siento. Hoy es uno de esos días, donde me cuesta pararme de mi cama, me cuesta pensar positivo, me cuesta tener apetito, me cuesta ir a entrenar, voy a tratar de calmarme un poco. No he parado de llorar en toda la noche’.

Muy preocupante tratándose de una veinteañera, sin hijos, exitosa en su profesión y con miles de fans. Por ello es preciso que se trate lo más pronto posible con un especialista a fin de encontrar alivio a su depresión, una enfermedad que puede llevar a cometer actos irracionales a las personas.

Los peruanos en general no les damos mucha importancia a los trastornos afectivos emocionales, solo a los físicos. Pero las consecuencias de ignorar nuestras enfermedades del alma pueden ser catastróficas. Pueden llevar al suicidio o a truncar una carrera exitosa.

Así como cuando nos duele una muela vamos al dentista, cuando nos sentimos deprimidos o con ganas de no salir deberíamos consultar a un psicólogo o psiquiatra. Sería lo mejor, y es lo que aconsejamos a la guapa Amy, una chica hermosa que tiene todo por delante, pero algo dentro de ella lo impide. Por eso, atento a estos síntomas:

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o ‘vacío’. También irritabilidad, frustración o intranquilidad.
  • Pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos, también fatiga, disminución de energía.
  • Igualmente dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado. Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado.
  • Si conoces a alguien así: Habla con ella y ofrece tu ayuda en todo momento. Dale una mano amiga.
  • Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto, y que mejora con tratamiento.
  • Que busque ayuda profesional, como un psicólogo.
  • Exprésale tu predisposición para ayudarla al programar citas, acompañarla a ellas y asistir a sesiones de terapia familiar”. Asu, qué fuerte. Me voy, cuídense.

MÁS INFORMACIÓN:

Contenido sugerido

Contenido GEC