El Chato Matta llegó al restaurante por una jalea de pescado y mariscos con rocotito molido y, para tomar, una jarrita de limonada frozen. “María, el gran Pancholón me timbró al celular. ‘Chatito, vente al sauna al toque porque ya mandé a cambiar las hierbas. Están poniendo cascaritas de naranja’.
Cuando llegué estaba sancochándose a más de 50 grados. ‘Chatito, el viernes bajé a un concierto de N’Samble. Los cantantes Omar, Paulo, Charles y Sandrito se percataron de mi presencia y al toque me dedicaron la canción ‘Amor pirata’.
‘Esta canción tiene una historia y va dedicada para el maestro Pancholón, viejo zorro’: ‘Esta noche/ como todas las noches/ voy a hacerte mía de una y mil maneras/ Esta noche/ como todas las noches/ entre mi fantasía/ encenderé mi hoguera/ Y olvidaré/ que es un pecado mortal/ que la mujer de un amigo/ se debe respetar/ Amor pirata, amor de contrabando, amor ilegal/ amor que mata siempre por la espalda, así es nuestro amor/ amor pirata, amor de contrabando, amor ilegal/ amor de una noche, de unas cuantas horaaas/ en un cuarto de hoteeeeel/ Para Pancholóoonnnnn...’.
El abogado comenzó a contar su historia en medio del vapor: ‘Me acuerdo en los años 90 que un estudiante de Medicina, el doctor Chotillo, ahora gran traumatólogo, era mi hincha’.
‘Una noche, él llevó a su novia a una reunión de abogados en la que yo, como me había intoxicado por esos días y había dejado de tomar alcohol, me dediqué a preparar los tragos. En un momento, se me acerca la novia de Chotillo y me pregunta: ‘¿Tú no tomas?’. Le digo que no y ella me responde con una mirada que dice: ‘Rescátame, quiero ser tuya’.
A las dos horas se me acerca y me dice que Chotillo está ebrio y hay que dejarlo en su casa. No lo pensé dos veces, así que salimos de la reunión cargándolo. Lo pusimos en el asiento del copiloto y ella sube a la parte trasera, la miro por el retrovisor y me dice: ‘Llévame a donde tú quieras, y no te preocupes por Chotillo que no se va a despertar, porque combinó muchos tragos’.
De inmediato enrumbamos a la playa La Herradura, llegamos, me estaciono, se acerca un mozo al automóvil y le pido seis cervezas. Me olvidé de que estaba intoxicado, la emoción del partidor me embargaba porque era una linda y espectacular mujer. Me senté en la parte trasera donde la novia no esperó ni siquiera a tomar un vaso de cervecita, porque se me abalanzó y me devoró a besos.
Yo estaba preocupado de que se vaya a despertar mi amigo, pero ella me dice: ‘Tranquilo, él es así, toma y se duerme’. Para qué me dijo eso, subí el volumen de la radio y como mi carro tenía lunas polarizadas, terminé mi faena y dejé bien a los varones.
Regresamos a dejar a Chotillo en su casa. Fui amante de esa linda mujer por un año. Después me arrepentí y ahora somos grandes amigos con Chotillo, el médico aprendió que la pampa es para todos y la casa se respeta’”. Qué historias tiene ese señor Pancholón. Por mujeriego, cochino y sinvergüenza va a acabar solo y enfermo. Me voy, cuídense.
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