El Día de la Madre en Perú se conmemora cada segundo domingo de mayo. (Fuente: iStock)
El Día de la Madre en Perú se conmemora cada segundo domingo de mayo. (Fuente: iStock)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pescadito frito, arrocito graneado y ensalada fresca. Para tomar pidió una jarrita de jugo de papaya. “María, este domingo se celebra el Será ocasión para que las familias llenen los restaurantes, centros campestres, cementerios; se entreguen flores, chocolates, se traigan mariachis y flores, muchas flores. Los hijos, grandes o pequeños, se tomarán fotos que luego subirán a redes sociales para mostrar cuánto aman a su mamita.

Todo muy bien y que lo disfruten. Pero hoy quiero hablar de los malos hijos que no respetan a sus madres y hasta las insultan, gritan o maltratan, aprovechando que ya no tienen la fuerza de antes. Otros tienen abandonadas a sus viejecitas, no las visitan, les traen problemas o las tienen como niñeras de sus nietos, sin respeto alguno. Entonces, ¿para qué celebrar? A la mamá se le agasaja todos los días de todos los años. Se le llama por teléfono y se la visita con alegría.

Para la mamita debemos estar siempre, no cuando nos damos un tiempo fuera de los amigos, los hijos o el trabajo. Y hay que estar pendientes de lo que les falta, como ellas hicieron cuando nos preparaban la comida, nos compraban ropa o zapatos, nos llevaban al colegio o enseñaban las primeras letras.

Ahora que soy papá, comprendo a mis viejitos cuánto se esforzaban para darnos lo mejor, aun a costa suya. Esa capacidad de desprendimiento que solo se ve en los verdaderos padres. Por eso, hoy nos toca pagarles de la misma manera.

Por supuesto, hay papás que no necesitan dinero. Pero todos, ricos y pobres, lo que más aman es un ‘te quiero’, una visita sorpresiva, una salidita con los hijos para sentirse queridos. Eso de llorar en la tumba de nuestra mamá o papá ya no sirve.

Los fallecidos ya no escuchan ni sienten. Los mejores homenajes y alegrías deben ser en vida. Por eso, si aún tienes a tus papás, eres un suertudo. Y aprovecha todos los momentos posibles para hacerlos sentir bien. Que su sonrisa, su alegría al verte, sea el espejo en que te mires”. Buenas palabras de Gary. Me voy, cuidense.

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