Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un saltadito de pollo con lentejitas bebé, arrocito y rocotito molido. Para tomar pidió agua de Jamaica al tiempo. “María, triste el caso del portero de Alianza Lima, Angelo Campos, quien desde el viernes sigue preso en la comisaría de Chacarilla, acusado por su esposa de golpearla y maltratarla verbalmente. Según la versión de la mujer, ella le reclamó una presunta infidelidad luego que el futbolista acudió a una fiesta sin ella. De las palabras el hombre pasó a la acción y, de acuerdo al parte policial, le apretó el cuello hasta casi ahorcarla.
Pese a su buen nivel en el campeonato local, el técnico de la selección peruana Juan Reynoso decidió no contar con él para estas dos primeras fechas de Eliminatorias. De esta manera malogra su carrera profesional, además de su vida familiar. ¿Por qué la golpeó? ¿Qué derecho tiene un hombre de maltratar a su pareja, como si fuera un objeto de su propiedad?
Que esto le sirva de lección a Angelo Campos. Ya no estamos en otros tiempos cuando la mujer callaba los maltratos por falta de apoyo, el ‘qué dirán’ y las leyes benignas para con los abusadores. Desde mi lógica es fácil evitar estas situaciones. Si ya no estás enamorado de tu esposa, ya no la quieres por cualquier razón, lo mejor es separarte en buena ley y no ‘sacar los pies del plato’, porque eso genera peleas, denuncias y muchas otras cosas más. Lo peor en el caso del arquero de Alianza Lima es que hay un niño de por medio. Dicen que no era la primera vez que el deportista agredía a la mamá de su hijo. Eso es un agravante. Es decir, la última golpiza no fue un incidente aislado, sino que ya tenía esa costumbre. Ojalá que ambos logren superar estos problemas.
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