El dinero fácil
El dinero fácil

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una parihuela bien poderosa, con pescado, camarones, cangrejos, perejil picadito y, para la sed, una manzanilla calientita. “María, el programa ‘Alerta Aeropuerto’, de Frecuencia Latina, emite algunas de las capturas que la policía realiza en el aeropuerto Jorge Chávez. La mayoría de esas detenciones son de gente que intenta llevar droga al extranjero, para lo que a veces emplean sorprendentes trucos.

Creo que esto es aleccionador, especialmente para los más jóvenes, pues muestra lo que le ocurre a quienes buscan el dinero fácil violando la ley. Veía el caso de un veinteañero que al ser interrogado por los agentes aseguraba que se iba a Punta Cana a vacacionar, pero al revisar su equipaje se dan con que solo tenía un par de shorts y un polo.

Al final, descubren que llevaba camuflados en su maleta más de 16 kilos de cocaína de alta pureza. Mientras hacían la revisión de su valija, el ‘burrier’ se mostraba angustiado, no paraba de frotarse el rostro y tenía los ojos húmedos. Estaba desesperado. No era para menos, pues le esperan varios años de prisión. ¡Toda su vida truncada por una decisión tonta! Quiso ganarse un dinero sin demasiado esfuerzo y le salió mal. Saldrá libre cuando haya acabado su juventud.

Como ese, hay incontables casos de ‘burriers’ o ‘mulas’ que se atreven a cruzar la línea y pasarse al lado oscuro, el del crimen, por dinero sucio. De forma ilusa creen que no van a ser atrapados, que eso le pasa a otros, no a ellos. Pero casi siempre se equivocan. No hay que olvidar que las penas por narcotráfico se han hecho más duras y un condenado fácilmente puede ser encerrado más de veinte años. ¡Toda una vida!

Por eso, hay que pensar bien antes de decidir hacer cualquier cosa, especialmente algo tan grave como traficar con drogas. Ese mundo es terrible, sangriento y quienes ingresan en él difícilmente pueden salirse. La única manera de tener una buena vida, con las comodidades que todos anhelamos, y sobre todo con paz y tranquilidad, es mediante el trabajo honrado y el estudio.

Los grandes ‘narcos’ tienen millones de dólares, pero no pueden disfrutarlos bien ni dormir tranquilos, porque saben que los acechan la cárcel y la muerte violenta. Más temprano que tarde acaban encerrados o en el cementerio. Los ‘burriers’, es decir, los peones, la última rueda del coche, solo pueden aspirar a ganar unos cuantos miles de dólares, mientras se juegan varios años de libertad. La mayoría de veces acaban muy mal, no solo tras las rejas, sino con sus hogares destruidos y hasta con una bala en la cabeza”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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