
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unas hueveras fritas con arroz blanco graneadito, sarsa de cebolla con limón y ajicito molido. Para la buena digestión pidió una jarra con cebada tibiecita. “María, leo en Trome que más de diez mil casos de violencia escolar hubo hasta el momento en el Perú. La cifra es impresionante. Y la revela el propio Ministerio de Educación. Expertos en el tema resaltan que la crianza diaria tiene un impacto profundo en cómo los niños enfrentan la vida. ‘El ejemplo de los padres es determinante’, precisan. Al peligro en las calles, por culpa de extorsionadores o la venta de drogas, se agrega el bullying o acoso escolar. Este no solo es agresión física, sino mayormente psicológica.
Los niños y adolescentes son muy susceptibles y a veces hasta se suicidan por ser objeto de burlas. Los niños no se miden con sus bromas. No saben el daño que puede causar. Por eso, debemos estar atentos a lo que le pasa a nuestros hijos en las escuelas. Los docentes también.
Ya dejemos de cholear, de burlarse de la gordura o delgadez de la gente, de los que hablan con acento del Ande, de los de piel oscura o con acné. De los hijos de divorciados, de los que no tienen religión o van con ropa modesta. Algunos consejos para cuidar a tus hijos:
- Habla con tu hijo sobre cómo le va en el colegio. Atento a su comportamiento. Si está retraído o triste. Si no quiere ir a clases.
- Educa en valores a los niños. Hazles saber lo malo que es burlarse y que todos somos iguales ante Dios.
- Nunca normalices una situación de acoso o burla. Corrige si tu hijo si se burla de un compañerito.
- Enséñales a apoyar a los compañeros que se sienten solos. Procura que se hagan amigos.
- Trabaja en la autoestima de tu hijo. Eso lo hará más fuerte ante situaciones difíciles.
- No subestimes lo que pasa tu hijo. Tómalo muy en serio si es víctima de abuso y procede de inmediato”.
Gary tiene razón. Me voy, cuídense.








