Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito al jugo servido con papas doradas y arrocito blanco. Para calmar la sed pidió una jarra de naranjada. “María, quedan apenas horas para que se acabe el 2024, que estuvo marcado por la corrupción, las extorsiones y sicariato en el país.
Espero que la gente haga un análisis de lo bueno y lo malo que le pasó en este tiempo, y que se plantee metas para el 2025. Es necesario darle la vuelta a la página y luchar por nuestros sueños. Puede ser un emprendimiento, estudios, viajes o iniciar una familia. Y que todo se realice de forma legal. Nada de seguir los malos ejemplos de políticos corruptos.
Hay que ser el orgullo de la familia por el estudio, sacrificio o creatividad. Pero para eso primero hay que llegar bien al nuevo año. Por eso, esta noche no hay que desbandarse ni tomar como cosaco, pensando que el mundo se va a acabar.
Está bien brindar con los amigos, con la familia, pero de forma moderada. Hay que pensar en el bienestar de los nuestros. Se debe evitar acudir a establecimientos de dudosa reputación y de ninguna manera hay que pelear en la calle con extraños. Si hay planes para salir a divertirse, se debe hacer temprano para no andar apurado. Una buena medida es llevar el dinero justo. Hay que dejar en casa las tarjetas de crédito y celulares de alta gama.
- No acuda a sitios donde haya aglomeración de gente. Una estampida puede ser fatal si el local es cerrado.
- Evite las compras de último momento. Adáptese al momento y a lo que tiene.
- Deje bien asegurada su casa si va a salir. Las puertas y ventanas con seguro.
- No suba a las redes información de lo que va a hacer. Menos diga que ha salido o está de viaje.
- Si va a sacar dinero, elija cajeros automáticos seguros, dentro de bancos o centros comerciales.
- Si va a tomar alcohol, deje el carro en casa, no maneje.
- Pase más tiempo con la familia”. Me voy, cuídense.