Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un bistec encebollado con lentejitas, arrocito graneado y rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita de chicha morada heladita. “María, empezamos con todo la semana luego de varios días de violencia que dejaron más de veinte muertos en el país, producto del vandalismo y las protestas tras el golpe de Estado perpetrado por Pedro Castillo.
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Es necesario dejar atrás esas negras páginas y pensar más en nuestro futuro personal y como nación. Hay que pensar en nuestros hijos, esposas, padres y amigos. Ya basta de desunión y de violencia. Los peruanos estábamos camino a alcanzar un nivel óptimo de vida antes de que empezaran los problemas políticos hace ya siete años. En este mundo competitivo, cada año que se pierde nos aleja del desarrollo. Hace 50 años, Corea del Sur tenía una economía menor a la nuestra, hoy es un gigante de la tecnología y el comercio. Incluso, ha comenzado a exportar su cultura con los grupos de K-pop; películas y series como ‘El juego del calamar’ y ‘Parásitos’.
Nuestra mente debe estar enfocada en construir y no en destruir. Por supuesto que todos los peruanos buscamos igualdad de condiciones para desarrollarnos, estudiar y trabajar. Eso deben entender los líderes políticos de todos los colores. Necesitamos un objetivo nacional al que debemos ir todos unidos. Mucho de eso lo entienden los peruanos emprendedores que, ante una crisis, saben cómo salir adelante poniendo negocios ahí donde otros dicen que no se puede. Ejemplos de esto hay un montón.
Hace cuarenta años, ¿quién se imaginaba que en la zona de Gamarra y Parque Cánepa, que era muy peligrosa y deprimida, iba a nacer un emporio de la ropa y confecciones que abastece a todo el Perú? Y Mesa Redonda, que se ha desarrollado en el Cercado de Lima, muy cerca de la Huerta Perdida, que ahora luce abarrotada de negocios y galerías a donde van a comprar la mayoría de peruanos. Así somos nosotros, trabajadores, creativos y sacrificados:
Buenos consejos de Gary. Me voy, cuídense.
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