Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos frejoles con seco de res, acompañados de sarsa criolla y rocotito molido. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, ya empezó con todo la campaña navideña que suena como salvavidas para muchos empresarios y negocios del país. También para los emprendedores y peruanos que se quedaron sin trabajo o que ganan muy poco.
Ayer pasé por Gamarra y vi un enjambre de gente pugnando por comprar ropa de toda calidad. Muchos de ellos eran provincianos que se llevaban mercadería a sus ciudades en el interior. En Mesa Redonda, el panorama es igual con los juguetes y los productos de Navidad. Esta fecha es muy importante por el lado comercial. La gente se esfuerza más para tener platita y hacer las compras de regalos, ya sea juguetes o ropa. Muchos tendrán ‘grati’, otros sacarán sus CTS o AFP, y habrá quienes hagan uso de la tarjeta de crédito.
Es momento también de hacer negocio para traer más platita a la casa. Se puede poner un pequeño negocio en casa o en la calle. También ofrecer algún servicio en lo que somos buenos, como pintar casas, hacer refacciones, enseñar manualidades o hasta realizar el servicio de taxi. Todo suma si es con honestidad. La idea es hacerle frente a la recesión y falta de oportunidades.
La clave es identificar los nichos y hacerlo todo con habilidad. El sábado tomé un micro para ir a Gamarra y subió un cómico ambulante. Con sus chistes y chispa nos hizo pasar un buen rato a los pasajeros. En apenas 20 minutos de rutina, el hombre se llevó como 35 soles. Si decidiera trabajar todo el día fácil se haría no menos de 300 soles.
Según dijo, perdió el trabajo en un taller de mecánica y, como tiene familia, salió a la calle a buscarse el pan de cada día y parece que no le va mal. O sea, no hay que esperar a que nos toquen la puerta, hay que salir a desafiar al destino. En mi barrio hay vecinas que sacan su sencillo preparando mazamorras, anticuchos o picarones. Otros cocinan un rico chifa y un señor es muy pedido porque hace buenos trabajos de gasfitería. Mi amigo del colegio se metió a un curso de inmobiliarias y ahora vende o alquila casas y se gana un porcentaje por cada transacción.
El papá de un compañero de trabajo, de 61 años, perdió su puesto en una empresa de tintes para telas y como a su edad ya no lo aceptan en ningún trabajo, ahora pinta casas y arregla puertas. Así se gana la vida. Por supuesto que lo ideal es conservar los trabajos, pero ante la crisis hay que ser resilientes y salir adelante.
Y ahora en Navidad es el momento justo para sacar unas moneditas extra y, quién sabe, iniciar un negocio que a la larga sea próspero. Muchos de los grandes empresarios peruanos fueron alguna vez pequeños emprendedores. Solo hay que trabajar y esforzarse. Y tener mucha disciplina y prepararse”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.