La Seño María

A estudiar y triunfar

La Seño María comenta el exitoso caso de adolescente peruana de Barranca que acaba de ingresar al prestigioso MIT de Boston.
Angie Alcántara ingresó al MIT y está en espera de confirmar su beca. Su hermano, Raúl, estudió becado allí. (Foto: Isabel Medina / Trome).

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un espectacular arroz con pollo y papa a la huancaína. Para tomar pidió una limonada heladita para aplacar la sed. “María, siempre resultan reconfortantes las historias de superación como la de la adolescente Angie Alcántara Castillo, quien acaba de ingresar a una de las mejores universidades del mundo, como es el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), a sus 17 años.

La menor, quien vive en Barranca, pasó un año entero estudiando para dar el examen que le da la posibilidad de seguir una carrera en ese centro que es el mejor para las tecnologías. Ella siguió los pasos de su hermano mayor, Raúl, quien egresó del MIT tras culminar estudios de Ciencias de la Computación, con maestría en Inteligencia Artificial. Los padres de estos jóvenes no son millonarios. La mamá es profesora de matemáticas y el papá mecánico. No tuvieron riquezas, pero sí mucho apoyo para estudiar. Los frutos se están viendo.

En un país repleto de jóvenes hedonistas, que solo piensan en el celular de alta gama, el carro más caro o las zapatillas de marca, Angie y Raúl se esfuerzan por seguir una carrera que los llevará a las mejores empresas y son el orgullo de sus progenitores. Porque estudiar en el MIT, muy probablemente becada, le abrirá las puertas del éxito profesional y económico. La historia de los hermanos Alcántara Castillo prueba, además, que no se necesita tener mucho dinero para estudiar y triunfar. Solo decisión, dedicación, sacrificio y disciplina. Y, por supuesto, valores.

Los jóvenes se tienen que ver en ese espejo para sobresalir en la vida. Si piensan que no podrán seguir una carrera porque sus papás no tienen dinero para pagarles sus estudios, trabajen y ahorren. Sacrifiquen diversiones, salidas con los amigos, horas de ocio, ropa nueva y otros por un proyecto o un objetivo. Nada llega fácil en la vida. Todo cuesta esfuerzo, sudor y lágrimas. Cuando era joven trabajé como vigilante de amanecida en un banco. Un compañero que hacía servicio conmigo estudiaba Medicina y se pasaba toda la noche repasando sus tareas y preparando sus exámenes. En la mañana iba a la universidad. Años después lo encontré y era director de una clínica prestigiosa en Miraflores. Un caso de éxito.

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