Mi amigo Gary me cuenta que en su trabajo le hicieron nuevamente la prueba rápida y gracias a Dios salió negativo. él es un experimentado reportero gráfico que sale casi todos los días a recorrer las calles y está expuesto a los contagios, y teme llevar el virus a su casa donde vive con su señora y dos pequeños hijos.
Justo me comentaba que este domingo, Día del Padre, también le toca trabajar junto a su inseparable colega ‘Barney’, a quien llaman así por el dinosaurio gigantón. A los dos les gusta ‘correr la cancha’ como buenos periodistas para mantener bien informada a la población.
“María, los padres tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos. Debemos darles buenos ejemplos. Algunos estilos son más flexibles y otros más duros, pero no todos son necesariamente los más adecuados para determinada situación. Por ello, es importante observar qué tipo de padres somos para repotenciar las virtudes y corregir los defectos, pues nadie es perfecto. Aquí te dejo algunos estilos de padres que vale la pena tener en cuenta para ser cada vez mejores en esta función, que es una de las más importantes en la vida.
- Autoritarios: Imponen y ejercen con rigor el control y la autoridad sobre los hijos. Mandan y ordenan aunque no tengan la razón. Esto puede tener consecuencias negativas, pues puede volverlos deprimidos y vengativos.
- Sobreprotectores: Impiden a sus hijos explorar y conocer el mundo por sí mismos. Los protegen tanto que les niegan la oportunidad de aprender a defenderse por ellos mismos. Si los hijos cometen algún error, los padres lo tapan o justifican.
- Amigos: Buscan colocarse en el mismo nivel que sus hijos, por lo que son muy permisivos y les crean un sentimiento de superioridad. La jerarquía en casa es necesaria, hay que respetarla.
- Manipuladores: Recurren al chantaje para conseguir que sus hijos hagan lo que ellos desean. Y ellos aplican esta táctica en todas las circunstancias de la vida, lo cual es injusto y perjudicial.
- Empáticos: Se ponen en el lugar de sus hijos y los ayudan a enfrentar el miedo, la tristeza, la rabia u otros sentimientos negativos. Con ello los ayudan a tener más control sobre sus emociones.
- Democráticos: Tienen una buena comunicación, son cariñosos con sus hijos y poseen un grado de control y de exigencia alto.
- Descoordinados: Padre y madre no se ponen de acuerdo en qué es lo mejor para sus hijos y hasta se contradicen. Esto genera inestabilidad en los niños”. Gary tiene razón. Cada vez debemos ser mejores padres. Me voy, cuídense.