Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con mariscos con conchitas de abanico, cebollita china picada y queso parmesano rallado. Para tomar, una chicha morada. “María, es común escuchar que nada es imposible en la vida, y creo que es cierto. Mucho depende de la fuerza de voluntad, de la determinación para lograr los objetivos deseados. Claro está, también del talento y de la preparación. Cada uno se pone sus límites. Si pensamos que no podemos lograr algo, así será. Pero si nos repetimos que sí es posible y trabajamos duro para conseguirlo, habrá muchas probabilidades de tener éxito. Te cuento las historias de algunas personas que pasaron de la miseria a la riqueza:
- Oprah Winfrey. Fortuna de 2 mil 900 millones de dólares. Su familia era muy pobre en Misisipi, Estados Unidos. Ganó una beca para ingresar a la Universidad Estatal de Tennessee y a los 19 años se convirtió en la primera corresponsal afroamericana de televisión en la historia de su país. Cuando tenía 29 años empezó a trabajar en su talk show ‘The Oprah Winfrey Show’, que llegó a ser el más visto del mundo. Es productora de TV, empresaria, crítica de libros y filántropa.
- Harold Simmons. Fortuna de 40 mil millones de dólares. De niño vivía en Texas, Estados Unidos, en una choza sin agua, desagüe ni electricidad. Pero era buen estudiante e ingresó a la Universidad de Texas donde obtuvo un máster en economía. Se convirtió en millonario al vender por 50 millones de dólares una pequeña cadena de tiendas que había comprado años antes.
- Leonardo Del Vecchio. Fortuna de 15 mil 300 millones de dólares. Nació en Milán, Italia, donde su madre viuda no podía mantenerlo a él ni a sus cuatro hermanos, por lo que los envió a un orfanato. De joven perdió un dedo trabajando en una fábrica automotriz. A los 23 años abrió su negocio de cristales, Luxottica, que lo convirtió en el más grande fabricante mundial de lentes de sol. Es dueño de afamadas marcas como Ray-Ban y Oakley.
- Ralph Laurent. Fortuna de 7 mil 700 millones de dólares. Su familia era pobre en el Bronx, Nueva York, Estados Unidos. Con esfuerzo ingresó a la universidad, pero poco después se fue al ejército. Luego comenzó a trabajar como vendedor en una tienda de ropa para hombres, donde criticaba la rigidez de las corbatas que se ofrecían al público. Cuando tenía 28 años comenzó a diseñar y vender sus propios modelos y en solo un año obtuvo ganancias de 500 mil dólares. Un año después fundó Polo.
- John Paul DeJoria. Fortuna de 4 mil millones de dólares. En Los Angeles, Estados Unidos, a los nueve años vendía periódicos para ayudar a su familia. Pese a todo, fue enviado a un hogar para niños pobres. Al salir integró una pandilla, pero ingresó al ejército y eso lo salvó. Años después pidió un préstamo de 700 dólares para crear la marca de productos para el cabello John Paul Mitchell Systems. Al comienzo él mismo vendía sus productos puerta por puerta y vivía en su carro”. Ejemplos dignos de admirar los que cita Gary. Me voy, cuídense.