Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso olluquito con carne y su arrocito blanco, rocotito molido y una jarra con agua de cebada heladita. “María, hace unos días vi en el programa de Magaly Medina unas imágenes que me dieron pena e indignación. Una cámara oculta grabó a decenas de jovenes, hombres y mujeres, drogándose en esas llamadas ‘after party’ (‘después de la fiesta’), donde los veraneantes de las playas del sur van a ‘seguirla’ y terminan peor que estropajos.
¿Sabrán los padres de estos chicos lo que hacen y a lo que se exponen? ¿Las autoridades de Punta Negra y Punta Hermosa fiscalizan estos locales, donde es evidente que circula droga sin ningún control? Precisamente, el primer día del 2020 una jovencita denunció que fue violada a la salida de una conocida discoteca. La verdad es que ya no se puede confiar en nadie. Por eso, los padres tenemos la obligación, hoy más que nunca, de guiar y proteger a nuestros hijos. Y los chicos, así hayan cumplido la mayoría de edad, deben tener la inteligencia para escuchar sus consejos. A continuación, algunos de ellos para estar seguros:
- Los padres deben tener un diálogo permanente con sus hijos, siempre respetuoso, en el que ambas partes hablen y sean escuchadas. Esto dará confianza a los muchachos para contar lo que les pasa.
- Los hijos inteligentes escuchan a sus papás. Es común que adolescentes y jóvenes los ignoren con frases como ‘papá, eso era en tus tiempos, ahora las cosas son distintas’. Los jóvenes tienden a creer que las cosas malas solo les pasan a otros y no a ellos. Terrible error que puede costarles muy caro.
- Los chicos deben elegir bien a sus amistades. Alejarse de las personas con comportamiento riesgoso (los que beben licor en exceso, se drogan, son violentos, frecuentan personas y lugares peligrosos...) y elegir a gente positiva, que estudia, se dedica a algún deporte y piensa en superarse de forma honesta.
- Las fiestas pueden ser peligrosas, en la medida en que se puede consumir licor, lo que altera la conducta, permitiendo actos de riesgo. Así, personas ebrias pueden ser violentas, involucrarse en peleas, tener sexo con cualquiera y sin protección, lo que podría causar embarazos no deseados y enfermedades incurables.
- Si un adolescente o joven piensa ir a una fiesta, debe analizar si el lugar es peligroso, qué clase de personas irán, entre otras cosas. Debe comunicarlo a sus padres y escuchar su opinión. Si va a la reunión, así sea hombre, en lo posible ir con personas de confianza. Debe ser acordada una hora de regreso a casa. Los padres deben ver si recogen a sus hijos o los esperan en un lugar determinado.
-En lo posible, evitar beber licor, y sino tomar con moderación para mantener el buen juicio y no ser objetivo de delincuentes. Las personas maduras y con equilibrio emocional no necesitan embriagarse para divertirse. Mucho menos consumir drogas como cocaína, éxtasis y otras”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.