El Chato Matta llegó al restaurante por un arroz chaufa graneadito con carne de lomo y una jarrita de agua de maracuyá helada. “María, adivina quién cumple, como dice el interminable Charly García, ¡un año menos! El mujeriego más querido, odiado y envidiado de Lima, Callao y balnearios, el gran Pancholón. El Julio Iglesias peruano. Son décadas de sangre, sudor y lágrimas, muchas de ellas en La Posada.

El gordito me invitó una botella de Cartavio XO en las rocas y empezó a confesarse. ‘Chato, contigo puedo abrir mi dolido corazón, porque eres leal y no eres largador ni ‘mala leche’. Tú sabes que a mí me cantaban el gran tema de Roberto Blades, ‘El artista famoso’: ‘Eres joven, atractivo, y tienes tremenda voz...’. Mi billetera reventaba con miles de dólares de mis auspiciadores de la radio. Eran tiempos en que cerraba locales y me ‘boleteaba’ dos o tres días seguidos a puro N’Samble, Gaby Zambrano y Diosdado Gaitán Castro. Pero los años pasan la factura. Y el cuerpo nos traiciona.

El año pasado vi la muerte cuando me internaron en un sórdido hospital. Llegué con la próstata como pelota de béisbol y con la vesícula reventada. En esos solitarios días, tirado en la cama y atrapado en la pensadora, me di cuenta que me he pasado años de años rodeado de vividores que, con chela y ron en mano, me gritaban: ‘Pancho, tú eres mi hermano, mi maestro’. ‘Salud por eso’, les respondía. Nunca faltaban botellas de ron importado.

María, yo soy testigo presente de esas noches interminables llenas del mujeres, dinero y alcohol. Ahora mi compadre, como muchos mujeriegos de la vieja escuela, ha parado la mano. Me cuenta que el día que se desvaneció en La Posada estaba acompañado de una flaca que le juraba amor para toda la vida. Esa misma noche, la trampita sabiendo que el gordito estaba en la sala de ‘cuidados intensivos’, no perdió el tiempo y enrumbó a Barranco Bar a bailar con Chotillo. Ahora la vida de Pancho ha dado un cambio.

Me cuenta que hace unos días se juntó con su amigo, el ‘Frank Sinatra de Lawn Tennis’, y se vacilaron en una casa de playa del sur. Ahí reflexionaron sobre la vida, los verdaderos amigos, los partidores... Y agarró su Smartphone para lanzar unos tips por ‘wasap’ a la muchachada:

- PULSEADORES: Cuídate de esos, tiran la red para ver si cae lorna, bonito o corvina. Son siniestros y están a la espera de pescar algo.

- ATROPELLADOR: Ese te volteas y le dice a tu flaca: siempre te he tenido ganas.

- MANZANITAS: Bien al tinte y al perfume, te hacen perder la cabeza.

- TOY LELO: Siempre apunta su dedo índice al cuello. Es el reviente, te vacila, hace hora, pero no pone ni un mango para el trago.

Pucha, la conversación se puso caliente. Ese señor Pancholón es un sinvergüenza. Me voy, cuídense.


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