El secreto del éxito
El secreto del éxito

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pescadito frito con papas doradas, un poco de arroz blanco graneado, salsa criolla y una chicha morada bien fría. “María, el peruano es emprendedor, aguerrido y muy hábil. Se crece ante las adversidades. Por eso, no es casual que en las épocas de crisis, miles inicien emprendimientos. Justamente cuando tienen todo en contra para que el negocio sobreviva. Pero así es el carácter rebelde del peruano que no se rinde. Uno de los innumerables ejemplos de este espíritu combativo son los hermanos Sánchez Aranda, creadores y dueños del conocido restaurante ‘Mi barrunto’ de La Victoria, frente al estadio de Alianza Lima.

Ellos empezaron de cero y hoy son exitosos empresarios. Hace varios años, cuando eran muchachos y su padre se fue de la casa, veían que su madre trabajaba duro para alimentarlos. Así que el mayor, Lucho, le pidió a su viejita que le dé el comedor de la casa para vender cebiche. Había visto que este rico plato ‘volaba’ de las carretillas y puestos de mercados. Él mismo comenzó a prepararlo con pescado que le fiaban sus amigos comerciantes de La Parada con los que jugaba fútbol.

Al principio la comida se le quedaba sin vender y eso lo llenaba de angustia. Pero su madre, al verlo triste, lo ayudó en la preparación y mandó al hermano menor, Augusto, a recorrer en su bicicleta los barrios cercanos para promocionar la cebichería. Así fueron creciendo, lentamente, hasta que en el año 2000, Roberto Holsen, el atacante de Alianza Lima, fue a probar la leche de tigre. Le gustó tanto que días después regresó al local, ¡pero con todo el primer equipo de Alianza!, que acabó haciéndose caserito del local. Tremenda publicidad gratuita para el restaurante que, a partir de ese momento, comenzó a ser cada vez más concurrido.

La gente iba para saborear un rico cebiche y también para ver de cerca a los jugadores blanquiazules. Los hermanos Sánchez comenzaron con solo ocho mesas en su sala y hoy tienen más de 200. Su historia es aleccionadora y demuestra que hay que ser valientes, trabajadores y empeñosos para lograr los objetivos que uno se plantea. Augusto Sánchez afirma que a ‘Mi barrunto’ van cada día unos mil clientes, y los fines de semana unos mil 800. Uno de sus secretos para el éxito es que duerme poco, apenas cinco horas, porque le falta tiempo para trabajar. En estos tiempos en que la economía nacional no anda muy bien, lo peor que se puede hacer es desilusionarse, asustarse y quedarse sentado. Hay que ponerle punche”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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