Este columnista no deja de recibir correos de mis lectores. ‘Hola, Búho. Así como escribes de rock, deberías hablar sobre el festival por los 35 años de la cumbia andina, que será hoy en Pamplona Alta. Ese mano a mano será histórico entre los ‘dinosaurios de la chicha’: ‘Los Shapis’ de Jaime Moreyra, ‘El rey Vico y su grupo Karicia’, ‘Pintura Roja’, que recordará a ‘La princesita Mily’ y el grupo ‘Alegría’. Búho, me enamoré de mi esposa con esa música y, como buen huancaíno, iré con ella, mi hijo y mi nuera’. Al leer este correo, inevitablemente tuve que ingresar al túnel del tiempo. Año 1981, chibolo, viajé pora primera vez a Huancayo con la guapa poeta, cachimba de Antropología, Tatiana Berger, y la hoy artista plástica Bea Mosquera, quien había ingresado a la Católica. En Huancayo se desarrollaba un congreso de antropología y una tarde nos escapamos al pueblito de Chupaca.
Allí vimos por primera vez a ‘Los Shapis’ con Jaime Moreyra, un guitarrista que un año antes había tocado en ‘Karicia’ con Víctor Carrasco, el futuro ‘Rey Vico’, y luego formó con ‘Chapulín el dulce’ un grupo que, un año después, tomaría por asalto la capital. Recuerdo que llenó el estadio de Alianza Lima, en aquel mítico duelo, ‘chicha vs. salsa’, adonde asistieron 45 mil personas. También protagonizarían una película. ‘Los Shapis en el mundo de los pobres’, con récord de taquilla. En esa cinta, el diminuto ‘Chapulín’ se enamora de la escultural vedette Amparo Brambilla. Todo lo que ‘Los Shapis’ tocaban se convertía en oro. Era un nuevo género que, en base a una guitarra eléctrica rockera, mezclaba ritmos de cumbia, guaracha y huaino, dando lugar a lo que se denominó ‘cumbia andina’ o simplemente ‘chicha’.
Recuerdo que en 1987, un joven cineasta, Walter Trigo, me llamó. ‘Búho, voy a filmar un primer videoclip. Será con ‘Los Shapis’, deberías hacer una crónica’. El editor me bajó la bandera y en el ‘Shapimóvil’ enrumbamos a la locación de Cieneguilla. Fueron horas intensas de grabaciones, siempre con ‘Chapulín’ en plan de estrella. Incluso actué de extra en el video. Por la noche nos dirigimos a Huaral, donde los músicos la rompieron y sorprendieron al público pues, en plena época donde estaba de moda la salsa romántica, incluyeron trombones, piano y a un cantante de salsa para tocar canciones de Eddie Santiago, Frankie Ruiz e Hildemaro.
En 1991, en la revista ‘Éxito’, que dirigía mi amigo Juan Carlos Tafur, comencé a presentar al público emprendedor de Gamarra y demás emporios comerciales del país, la manera cómo vivían en su intimidad ‘Los reyes de la chicha’. El primero fue el gran ‘Chacalón’, quien nos recibió de una manera tan calurosa que nos sorprendió. Ese día el ‘Faraón de la cumbia’ nos hizo ingresar a su templo, su departamento en un condominio cerrado frente al Cementerio El Ángel. Él hubiese estado de cabeza en el homenaje de hoy, pero prematuramente partió a mejor vida. Cada personaje salía en portada y cuatro páginas interiores. Víctor Carrasco, ‘El rey Vico’, por primera vez hizo ingresar a un periodista a su residencia en la urbanización El Trébol de Los Olivos. ‘Mira, la situación está muy violenta y hay muchos secuestros’.
En el acogedor chalet de tres pisos, ‘El rey’ nos presentó a su madrecita, que preparó un delicioso arroz con pollo y papa a la huancaína. Su residencia tenía salones de juegos, con mesas de billar y ‘Vico’, a insistencia de nuestra fotógrafa, ¡¡se sacó los enigmáticos lentes oscuros!! Por ese tiempo ya había filmado también su película ‘El rey’, que tuvo como protagonista a la guapa y pícara vedette Bélgica Rodas. ‘Vico, ¿hubo algo entre ustedes?’ El cantante solo se reía, ‘no me preguntes que ella tiene novio y es un cómico bien bravo, ja, ja, ja’. ‘El rey’ también estará compartiendo escenario con ‘Pintura roja’, el mítico grupo que lanzara a la fama a ‘La princesita Mily’, y el ‘Grupo Alegría’. Me parece mentira que hayan pasado 35 años. Claro, fue en 1981, cuando se fundaron ‘Los Shapis’ y editaron el primer disco del emblemático género musical.
Por ese tiempo, Lima recibía una nueva ola de migrantes, esta vez, los llegados de las zonas de emergencia, que huían de la locura terrorista. Aquí encontraban su identidad en los grupos de provincianos como ellos, que adaptaban a los huainos de su terruño, instrumentos modernos del rock y la cumbia costeña, obteniendo un género musical que cantaba al ambulante, a la cerveza, los celos, al ‘aguajal’, hasta un himno a un niño sin hogar que murió electrocutado en la Plaza San Martín, ‘Petiso’, que fue inmortalizado en una canción de ‘Pintura Roja’. La música de recuerdos inolvidables, que traerán ‘Los reyes de la chicha’ en el estadio de Pamploma, amenaza acelerar miles de corazones. ¡Salud! Apago el televisor.